El sol es un elemento fundamental para que se pueda dar vida en el planeta y además, para que podamos entenderla tal como lo hacemos actualmente. Pero ¿qué aporta realmente al ser humano? ¿Son todo ventajas, o es un arma de doble filo y también tiene sus inconvenientes? En este artículo trataremos sobre todo eso. Además, veremos los distintos e importantes beneficios que nos aporta, y también destacaré los distintos riesgos que nos puede producir la sobreexposición a el. Para rematar, comentaré algunos consejos con el fin de que nos ayuden a poder disfrutar del sol de la manera más saludable posible.
Contenidos
Beneficios que nos aporta el sol.
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Nos aporta vitamina D.
En el ser humano, la vitamina D resulta algo fundamental para su buen funcionamiento, puesto que su función principal es la de fijar el calcio en el organismo. Aunque existen alimentos que también nos la aportan, el 50% de las que necesitamos las obtenemos de los rayos ultravioletas de tipo B (UVB) provenientes del sol. El tiempo aconsejable de estar expuestos al sol para obtenerlas, es de unos 15 minutos durante al menos tres veces en una semana y, además, en horas tempranas de la mañana o del atardecer. En estaciones como el verano, lo normal es que en países como España no existan problemas relacionado con esto, puesto que existen muchos días soleados. En cambio, en otras como en el invierno, este problema aparece en mayor medida. Algunos de los síntomas que nos puede producir la falta de vitamina D, durante un período continuado de tiempo, son los siguientes:
- Cansancio.
- Debilidad muscular.
- Pérdida de densidad osea, lo que nos llevaría a sufrir osteoporosis.
- En los niños, puede producir raquitisimo (huesos blandos).
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Equilibra el colesterol.
Está demostrado que en verano los niveles de colesterol son menores que en el resto del año, pero ¿por qué sucede esto? Debido a que los rayos ultravioletas, provenientes del sol, ayudan a esta disminución y además hace que no se peguen a las arterias. Por tanto, en los países donde los días soleados son muy escasos, tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
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Nos mejora el estado de ánimo.
¿Cuántas veces nos hemos despertado, en esos típicos días grises de invierno, y no hemos tenido ganas de hacer nada y nos hemos sentido decaídos durante prácticamente todo el día? Esto se explica debido a que el ser humano necesita de la luz solar para sentirse bien y con energías. ¿Por qué es así? Debido a que la recepción de la luz solar llega al cerebro en forma de señal eléctrica y éstas, actúan sobre una hormona llamada serotonina. Esta hormona, también llamada hormona de la felicidad, es la encargada de que nos sintamos felices.
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Mejora la calidad del sueño
En cuanto al sueño, los rayos del sol intervienen en la hormona de la melatonina, la cual es la encargada de regular los ciclos del sueño. Cuando hay luz, el grado de melotonina desciende y nos sentimos más activos.
El portal de internet «Tree Hugger», hizo un estudio sobre este tema. En él, científicos de EEUU experimentaron con 49 trabajadores de oficina. Veintisiete de ellos trabajaron en habitaciones con ventanas y las 22 personas restantes, las hicieron trabajar en lugares sin ventanas. Comprobaron que los primeros dormían 46 minutos más cada noche.
Riesgos por una sobreexposición al sol.
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Quemaduras.
Se produce cuando el grado de exposición al sol es mayor a la capacidad de la melanina para proteger la piel. O llevado a la práctica, cuando nuestra piel se enrojece después de haber estado sobreexpuesto al sol. Los efectos no son instantáneos, pueden aparecer pasado unas horas. Alguno de los síntomas que pueden darse son:
- Piel muy sensible.
- Aparición de ampollas.
- Fiebre, escalofríos.
- Se despellejan las zonas de piel quemadas.
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Cáncer de piel.
Las radiaciones del sol sobre la piel es la principal causa de este tipo de cáncer. Estas radiaciones, pueden llegar a producir mutaciones en el ADN de las células que forman la piel, y si esto sucede, no pueden llegar a repararse por lo que se inicia, así, la formación del cáncer. Se caracteriza por la división y crecimiento, sin control, de las células que la forman. Además, pueden invadir otros tejidos sanos del cuerpo humano. Son dos los tipos de cáncer de piel más frecuentes: Los melanomas y los carcinomas cutáneos.
¿Cuándo podemos sospechar de que podemos tener un cáncer de piel? Se podría decir que cuando aparece algún tipo de variación en la piel, es decir, la aparición de manchas, costras, úlceras, etc; o bien el aumento de tamaño de alguna de ellas. Si esto sucede y para evitar posibles problemas futuros, el primer paso que hay que dar es el de acudir al dermatólogo para que pueda, así, darnos un diagnóstico.
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El sol y lesiones oculares.
Por lo general, las personas suelen tener una mayor preocupación, en cuanto al sol se refiere, a la piel que a los ojos, cuando realmente los ojos son más sensibles a estas radiaciones ultravioletas. La exposición de forma incorrecta al sol puede provocarnos diversas lesiones relacionadas con el órgano del ojo. Esto se debe a que la cornea del ojo, la cual es la primera lente que encuentra la luz cuando entra en nuestro ojo, resulta dañada y esto produce una distorsión o bloqueo de luz cuando ésta se introduce en el ojo. Algunos de los síntomas que ello conllevaría son los siguientes:
- Visión borrosa.
- Enrojecimiento de ojos.
- Mayor sensibilidad a la luz.
- Lagrimeo.
- Pérdida momentánea de visión.
- Ceguera completa. Como dato extra, el 20% de las personas que sufren ceguera en el mundo son producidas por la exposición solar de forma inadecuada.
Algunas de las diversas lesiones oculares que podemos sufrir son: Pterigion, fotoqueratitis, fotoconjuntivitis, catarata o retinopatías.
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El sol y el envejecimiento de la piel.
Las radiaciones del sol también actúan de forma negativa en este tema. En este caso actúa sobre el colágeno. Ésta es una proteína que proporciona a la piel tanto flexibilidad como elasticidad y, a medida que van pasando los años, va mermando por sí misma, pero con la sobreexposición al sol adelantamos este proceso. Además, facilita la aparición de lunares, arrugas y manchas en la piel.
Consejos para disfrutar del sol.
1) Usa el protector solar adecuado. La recomendación es echarse cada dos horas una crema solar de protección alta (entre 30 y 50), ya que es lo que suele tardar en perderse los efectos de la protección. Además, hay que elegir bien la crema que te echas, puesto que no todos tenemos el mismo tipo de piel. Esta crema, debe de contar con un filtro contra los rayos UVA. Así, evitaremos riesgos futuros como el envejecimiento o el cáncer de piel. Los días nubosos suelen ser días engañosos, ya que al no ver el sol radiante nos hace pensar que no es necesario protegernos de él, y es todo lo contrario. El hecho de que no lo veamos no quiere decir que no esté.
2) Utiliza gafas de sol. Éstas protegen a nuestros ojos de los rayos ultravioletas provenientes del sol Además, es muy importante hacer una buena elección de ellas. Únicamente son recomendadas aquellas que están homologadas, ya que las demás hacen a nuestros ojos mas mal que bien. Las mejores, posiblemente, sean las gafas de sol espejadas, ya que son la que ofrecen una mayor protección a los UV y además, reducen el reflejo de la luz solar. Además, complementos como un buen sombrero o una gorra también resulta muy aconsejable, puesto que crean sombra sobre los ojos.
Y además…
3) Da importancia a la ropa que te pongas. Este tema es un tanto curioso, ya que los días más soleados solemos ir con ropa más corta para estar más frescos, pero así dejamos mas partes del cuerpo al descubierto, y por tanto, hay una mayor posibilidad de sufrir quemaduras, ya que están expuestas al sol. Por tanto, debemos elegir bien la ropa. Existen sobre todo dos elementos que debemos de tener en cuenta. Uno es la fibra de la prenda, la cual el poliéster y el rayón son las dos más recomendables, puesto que ofrecen mayor protección al sol, como el color, el cual debemos de evitar ponernos ropa oscura, ya que éstas absorben en mayor medida la luz solar, y por tanto atraen más el calor. Además, complementos como un buen sombrero o una gorra también resulta muy aconsejable.
4) Hidrátate mucho y bien. Como ya pudimos ver en un artículo anterior (Importancia del agua), el agua es el elemento clave para nuestras vidas. En general debemos de procurar estar continuamente hidratados, pero en los días soleados tenemos que tener más conciencia de ello, ya que en estos días, si nos exponemos al sol, nuestros niveles de agua bajan considerablemente.
5) Evita la exposición a él en las horas más calurosas. En muchas ocasiones, aunque contemos con todos los elementos para protegernos, lo mas sensato y acertado es directamente no exponernos a él. Es muy aconsejable evitar las horas en los que el sol calienta más, es decir, durante las 12:00h y hasta las 16:00h. Y si no podemos permitírnoslo, la sombra es una gran aliada en estas situaciones. Aprovéchala y ve por ella siempre que puedas.
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