¿Qué es el síndrome metabólico? En algunas ocasiones visitamos al médico y nos dan un diagnóstico que no sabemos qué es… ¡Síndrome metabólico! Nos asustamos, sentimos angustia, curiosidad, nos hacemos un drama en nuestra cabeza suponiendo lo peor. Y, aun así, muchas veces no tomamos medidas para corregir la situación y revertir un diagnóstico. ¡Estoy segura de que te encantaría cambiar la situación! Conocer y cambiar sin mucho drama. Y para eso estamos aquí hoy. ¡Empecemos!
Debemos aclarar primero el concepto. El síndrome metabólico es un conjunto de patologías, es decir, que una persona tiene varias enfermedades a la vez. Este diagnóstico debemos tomarlo con seriedad, porque al reconocer cuales son estas enfermedades, podemos realizar cambios en nuestra vida.
Contenidos
Enfermedades que componen el Síndrome Metabólico
Obesidad
Intolerancia a la Glucosa
Hipertensión
Dislipidemia aterogénica (Aumento de triglicéridos y LDL y disminución de HDL)
Estado protrombótico y proinflamatorio
¿Es este conjunto peligroso para mí? Si lo es, y por eso debemos realizar cambios en nuestro estilo de vida. Todas estas patologías tienen un factor común y es el riesgo cardiovascular, es decir, estamos exponiendo nuestro organismo a sufrir algún evento cardiaco en cualquier momento.
¿Podemos revertir el diagnóstico de Síndrome metabólico?
Con el conocimiento en nuestras manos, podemos tomar conciencia y elegir qué queremos en nuestra vida. Tomar las riendas y revertirlo. Paso a paso. Te explico cómo podemos iniciar.
Obesidad y Síndrome metabólico
¿Te diste cuenta de que la primera enfermedad señalada es la Obesidad? Pues te cuento que ese siempre será el punto de arranque para muchos males. No es por estética que siempre hablamos de un peso ideal, saludable y adecuado a cada uno de nosotros, sino que es por salud.
Podrás decir que siempre has tenido sobrepeso, que es por herencia, que has hecho mil dietas y nada funciona y así siempre tendremos algún pensamiento que nos impida cambiar. ¿Qué te recomiendo para romper este patrón de pensamientos negativos que nos permiten avanzar? Buscar ayuda de verdad, con un profesional en Nutrición. Uno que te ayude de verdad y no con una dieta de moda. Alguien que te enseñe a comer lo que necesitas para estar bien y sentirte bien disfrutando de la comida y no creando angustia proponiendo metas irreales.
Intolerancia a la Glucosa como parte del Síndrome metabólico
La intolerancia a la glucosa se da gradualmente cuando nuestro páncreas ya no es capaz de producir suficiente insulina, por lo que la absorción de azúcar disminuye. Si no realizamos cambios la intolerancia continuará creciendo y podemos terminar con un diagnóstico de Diabetes.
Muchas veces pensamos que por no comer azúcar como tal ya no tenemos problemas, sin embargo, todos los alimentos que ingerimos a lo largo del día (exceptuando las carnes, grasas y vegetales crudos), nos aportan azúcar, y si nos excedemos en el consumo de estos alimentos, agravaremos el problema. Nuestro plan de alimentación debe ser personalizado, indicando cuánta cantidad de cada alimento se debe ingerir a lo largo del día.
Y como último punto vamos a ir uniendo… Si nos excedemos en el consumo de alimentos fuentes de azúcar aumenta la intolerancia y aumenta también nuestro peso corporal.
Hipertensión en el síndrome metabólico
La hipertensión es la elevación de la presión sanguínea en las arterias, conocida como el asesino silencioso, ya que no produce síntomas. Con el pasar de los años, y el descontrol se pueden presentar algunos síntomas como: dolor de cabeza, mareos, sangrados nasales, desmayos, zumbido de oídos, entre otros.
No debemos dejar pasar por alto que, aunque no haya síntomas, nuestro organismo se está dañando y esto nos va a afectar las arterias, corazón, riñones y cerebro. Esto puede ser mortal si no controlamos regularmente nuestra presión arterial. ¿Qué hacer si tenemos presión alta? Podemos iniciar con cosas sencillas, prácticas y que puedes hacer ya mismo como reducir el consumo de sal (y todos los condimentos artificiales), bajar de peso, dejar de fumar y abandonar el sedentarismo. Y volvemos a la Obesidad, ya que si nuestro peso corporal no es el adecuado, la presión arterial aumentará.
Dislipidemia aterogénica
La dislipidemia es el conjunto de valores alterados de los lípidos a nivel sanguíneo. ¿Qué quiere decir esto? Que dentro de nuestro organismo debe haber grasa, pero como todo en esta vida, debe ser moderada y mantenerse en niveles saludables. Si estos niveles se salen de los parámetros establecidos, van a causar un mayor deterioro a nuestro estado de salud.
La dislipidemia aterogénica es la que nos indica que estas grasas están fuera del rango normal y por lo tanto están causando daño a nuestras arterias.
Aumento en los triglicéridos: este aumento se da por un consumo excesivo de carbohidratos simples o muy procesados, es decir, comemos más de lo que deberíamos.
Aumento del colesterol LDL (malo). El colesterol total se divide en bueno y malo. El malo se pega en las paredes arteriales, hace capas hasta que logra tapar la arteria y la sangre deja de fluir.
Disminución del Colesterol HDL (bueno). El colesterol HDL se encarga de deshacer las capas que forma el colesterol malo, al disminuir el HDL, aumenta el riesgo cardio vascular.
Estado Protrombótico y Proinflamatorio
La trombosis se da cuando se forma un coagulo de sangre en una vena, y esto es causante de infarto al miocardio. Estar en un estado protrombótico y proinflamatorio, quiere decir que nuestro organismo está trabajando a presión y debemos corregir las causas.
Debemos bajar de peso, controlar nuestros niveles de presión arterial, el consumo de calorías diarias y nuestros niveles de lípidos sanguíneos.
Iniciemos el cambio
El estilo de vida que cada uno tiene usualmente es producto de las elecciones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida. ¿Cuáles elecciones? Comer mal y en exceso, fumar, tomar licor en exceso, ser sedentarios, no tomar agua y no cuidar de la salud en general.
Si tenemos muy malos hábitos, no debemos desanimarnos, todo lo contrario, vamos a iniciar poco a poco. Cambiar un hábito a la vez. Esto nos llevará a que cuando logremos un objetivo, la mejoría que vamos a experimentar nos va a motivar para que sigamos avanzando.
Educación como Tratamiento para el síndrome metabólico
No todos los tratamientos tienen que ser con pastillas, jarabes o inyecciones. El principal y mejor tratamiento es conocer, saber, educarnos. Esto no quiere decir que debemos ser médicos, terapeutas o nutricionistas, pero si quiere decir que podemos ir adquiriendo conocimientos básicos que nos permitan realizar cambios y mejorar nuestra salud. Este conocimiento implica realizar prácticas que nos permitan tomar el control de nuestra salud.
¿Influye la alimentación en el avance del Síndrome Metabólico?
Con una alimentación adecuada, se pueden corregir muchas de las alteraciones metabólicas y por lo tanto mejorar la salud. Como hemos hablado, los cambios se inician poco a poco con un plan individualizado. Se debe establecer un horario de comidas y distribuir los alimentos en esos tiempos, tomar la cantidad suficiente de agua.
La comida rápida o procesada, se debe consumir esporádicamente y no debemos permitir que formen parte de nuestra alimentación diaria.
Tratamiento para el Síndrome Metabólico
Tal como lo hemos hablado, el síndrome metabólico es un conjunto de varias enfermedades que alteran el funcionamiento del metabolismo, y que podemos y debemos ir corrigiendo uno a uno.
Así como se trata de un conjunto de enfermedades, debemos realizar un conjunto de cambios, los cuales veremos a continuación.
Alimentación
Insistimos en este punto, porque al regular nuestra alimentación, vamos a lograr cambios en cada uno de los componentes de nuestra salud, vamos a dejar atrás la obesidad, el sedentarismo, bajará la presión arterial y con ello todos los riesgos asociados a la salud. Se oye muy simple, pero los malos hábitos en cuanto a alimentación, los venimos arrastrando por costumbre, herencia o facilidad y deshacer ese hábito es complicado porque requiere de nuestro compromiso. También debemos tener claro que el exceso de peso que tenemos no lo ganamos en un mes o un año, por lo tanto, no podemos pretender perderlo en un mes o un año.
Tratamiento farmacológico
Al iniciar cambios en nuestro estilo de vida, debemos tener claro que los cambios internos llevan tiempo, por lo que no podemos dejar de lado el tratamiento que nos haya indicado el médico, ya que esto puede ser muy perjudicial. ¿Qué es lo adecuado con los medicamentos? Principalmente tener una buena adherencia al tratamiento (cumplir con todas las indicaciones que nos dan), y será el médico quien, basándose en los resultados evidenciados por nuestro organismo, reduzca o elimine la cantidad de medicamentos que debemos consumir.
Actividad Física
Debemos empezar a movernos, a ser más activos físicamente hasta lograr en algún momento realizar ejercicio físico. El ejercicio es una actividad física repetitiva y planificada en la cual se obtienen beneficios para la salud. El realizar ejercicios, se aumenta la sensibilidad a la insulina.
No debemos estresarnos pensando en que el factor dinero va a afectar nuestra decisión de realizar o no actividad o ejercicio físico.
La opción ideal para iniciar es Caminar ya que es una actividad gratuita, segura, y que no requiere de habilidades o destrezas especiales para iniciar. Lo que debemos tener en cuenta es que debemos tener calzado apropiado, no excedernos al inicio e hidratarnos adecuadamente.
Estrategias
Para iniciar el proceso debemos identificar en qué etapa estamos o si tenemos algún factor de riesgo que está afectando nuestra salud.
Luego establecemos pautas a seguir, entre ellas podemos iniciar con cosas muy sencillas como realizar listas de compras para evitar comprar de más, evitar cocinar con grasa de más o comer muchas frituras en la calle, quitar el salero de la mesa, llevar el almuerzo de la casa para evitar tener que comprar comida de la calle y caer en tentación de comer alguna comida muy pesada. Aumentar el consumo de agua y evitar comprar refrescos preparados, ya sea gaseosas o de paquetito. Y movernos más de un lugar a otro para no estar sedentarios la mayor parte del día.
Por último
Debemos recordar que todos los cambios requieren un sacrificio, ya sea grande o pequeño, pero que debemos estar motivados a realizarlo ¡por nuestro bien, por nuestro futuro, por nuestra salud! Si te sientes bien con un cambio, imagínate cómo te sentirás cuando realices más. Y lo más importante, recuerda hacerlo sin estrés, simple, sin complicarte.
Espero que iniciemos juntos esos cambios, y que cuentes con mi apoyo para lograrlo ¡nos hablamos la próxima semana!.
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