Cuando hablamos de salud no podemos dejar de lado la salud dental. Es una cuestión que debemos de empezar a tratar prácticamente desde que nacemos y durante toda nuestra vida, si no queremos sufrir distintos problemas en los dientes en forma de caries, problemas en las encías, o incluso pérdida de algún diente. Por lo general, con recomendaciones como las siguientes debería bastar: 1) cepillarse los dientes al menos dos veces al día; 2) Usar hilo dental para limpiar aquellas zonas que no podamos con el cepillo; 3) No fumar; 4) Controlar la alimentación, sobre todo los azúcares; 5) Al menos una visita anual al dentista, etc… pero hay personas, que aún con estos consejos, tienen problemas de una mayor importancia y es donde entra la ortodoncia.
Contenidos
¿Cómo saber si necesito una ortodoncia?
Problemas al morder:
- Sobremordida: Hablamos de sobremordida cuando los dientes de la parte inferior de nuestra boca se ven cubiertos, de forma oclusiva, por los superiores. Es uno de los problemas más comunes y también es de los que menos se ven a simple vista, ya que al hablar o al reírnos muchas veces nos mostramos los dientes inferiores.
- Invertida: Es cuando sucede exactamente lo contrario a lo que ocurre en la sobremordida. Es decir, los dientes inferiores están por delante de los superiores. Este problema puede suceder en un lateral de la boca, en los dos, en la zona anterior de ésta o incluso en todas ellas.
- Cruzada: Se produce una mordida cruzada cuando no se corresponde la mandíbula y los huesos del maxilar superior con el encaje de los dientes. Como consecuencia, los dientes inferiores quedan por delante de los superiores. Por lo general, las personas que tienen este problema tienen el paladar estrecho. Existen dos tipos: Posterior y anterior.
- Abierta: Se caracteriza por la imposibilidad de poder cerrar la boca por completo. Esto sucede debido a que uno o varios dientes, superiores o inferiores, no consiguen contactar con sus opuestos. Por lo general estos dientes son los caninos e incisivos. Puede considerarse el problema, relacionado con la mordedura, más visible a simple vista ya que se ven espacios vacíos en la boca. Existen tres tipos de mordidas abierta: Anterior, posterior y lateral.
- Desviación: Se produce cuando los dientes incisivos superiores e inferiores no entran en contacto. Por lo general es producido por la falta de algún diente en la etapa de crecimiento.
Diastemas:
Se habla de diastema a los distintos huecos que aparecen entre dos dientes. Los motivos de esto pueden ser varios: 1) los dientes tienen un tamaño mucho menor en relación al hueso maxilar y esto hace que se formen estos huecos; 2) provocado por un tamaño del frenillo del labio superior más grande de lo normal. Este problema puede provocarnos una enfermedad llamada periodontal, o lo que es lo mismo, dificultad para sujetar el diente debido a que tanto las encías como los huesos que sujetan al diente están dañados.
Apiñamiento:
Se produce cuando hay un mal posicionamiento y alineación de los dientes, debido a que no existe espacio suficiente en la dentadura para albergarlos a todos. Como consecuencia, aparecen dientes montados unos encima de otros, mal alineados, etc… Problemas que pueden derivar de este apiñamiento de dientes pueden ser los siguientes: 1) Mala higiene, ya que al estar montados unos encima de otros dificulta el acceso del cepillo de dientes; 2) Inflamación de las encías; 3) Problemas de oclusión provocados por un mal repartimiento, por parte de los dientes, a la hora de realizar la mordedura. 4) Problemas en la mandíbula a largo plazo provocado por un mal encaje al cerrar la boca.
Además de estos tres síntomas anteriores que son inequívocos de que se necesita una ortodoncia, existen otros que debemos de prestar atención si los sufrimos que son los siguientes:
- Restos de comida en los dientes: Si esto sucede prácticamente siempre después de cada comida puede hacer que las bacterias se sitúen en los dientes, lo que puede provocar la aparición de caries o de distintas enfermedades como la gingivitis.
- Mal aliento: Si éste no desaparece ni aún después del cepillado dental puede ser debido a que cuando nos cepillamos no accedemos a todas las zonas del diente por el mal posicionamiento de éstos, por lo que no conseguimos eliminar todas las bacterias.
- Dolor: Si la mandíbula no está lo suficientemente alineada podría provocarnos frecuentes dolores.
Fases de una ortodoncia
Fase 1, de estudio:
Cuando decidimos corregir nuestra boca lo primero que debemos de hacer es ir al especialista para que éste pueda estudiar tu boca y realizar, en consecuencia, un diagnóstico preciso. Este estudio consta de una serie de pasos:
- Estudio del caso: Mediante la observación de distintos aspectos como la mordida o la mandíbula de nuestra boca.
- Realización de radiografías: Con el objetivo de observar si existe infección, o algún otro problema derivado de las raíces de los dientes se suelen realizar radiografías de ambos lados del cráneo.
- Fotografías extraorales e intraorales: Tiene su función para el especialista y su función para el paciente. Para este último le sirve para comparara el antes y el después una vez finalice el tratamiento. Para el especialista, en cambio, le sirve para tener más pruebas que analizar y conseguir un tratamiento más preciso.
- Y para acabar, el especialista se queda con una muestra de la boca del paciente, normalmente hecha de escayola y alginato. En la actualidad y gracias a los avances que ha habido, en muchos casos esta muestra es virtual ya que se realiza mediante un escáner intraoral 3D.
Fase 2, alineamiento y nivelación:
En esta fase se solucionan dos problemas: 1) el problema del apiñamiento de los dientes y las discrepancias verticales, gracias a que se usan fuerzas ligeras; y b) la mordida cruzada. Es la fase más importante del tratamiento, y también la más larga, rondando los seis-ocho meses.
Fase 3, corrección de la mordida:
En esta tercera fase se corrige del todo la mordida y los dientes se van colocando en su posición final, haciendo que encajen unos con otros. Se suele recomendar el uso de gomas elásticas que ejerzan fuerza entre los dientes para, por un lado sirva de ayuda extra para corregir la mordida, y por otro, para disminuir el tiempo del tratamiento, por lo que el compromiso del paciente resulta muy importante.
Fase 4, cierre de espacios:
Cuando todo lo anterior esté completado se pasará a cerrar los distintos espacios que existan entre los dientes. Esta fase nunca puede hacerse antes de que estén los dientes bien colocados y alineados ya que correríamos el riesgo de que cuando queramos alinear los dientes ya no tengamos hueco para hacerlo, y por tanto quede el tratamiento hecho una chapuza.
Fase 5, fase de acabado:
La quinta fase es la del perfeccionamiento dental mediante la realización de pequeños ajustes. Tales como:
- Alineación de raíces.
- Corrección concreta de algún diente que no haya quedado todo lo perfecto que debería.
- Ajustar pequeñas desigualdades de alineación que puede haber entre la parte de arriba y la de abajo
- Asentar la dentadura.
Fase 6, retirada de los aparatos:
Cuando todas las fases anteriores se hayan cumplido satisfactoriamente, habrá llegado el gran día y el especialista quitará el aparato.
Fase 7, retención:
Esta última fase post-aparato es posiblemente la más importante y seguramente la que menos se hace ya que es tarea del paciente exclusivamente. El odontólogo antes de irnos nos dará unos retenedores y fundas transparentes que debemos de ponernos cuando éste nos lo diga, normalmente mientras dormimos. Por tanto, es en esta fase donde conseguiremos tener una boca perfecta durante toda nuestra vida o, si por el contrario, daremos un paso atrás. Esto es así debido a que no hay que olvidar que los dientes tienen memoria y tienden a colocarse en la posición inicial.
Si deseas obtener más información al respecto o pedir una primera cita para que un odontólogo evalúe tu problema, puedes acudir al siguiente enlace: Cita con un odontólogo.
Tipos de ortodoncia.
Ortodoncia preventiva:
El objetivo de este primer tratamiento es el de adelantarnos al problema. Para ello, se utilizan técnicas de desgaste dentario y aparatos removibles. Con esto, se pretende eliminar, o al menos disminuir, las opciones de que la persona sufra un problema en el crecimiento bucodental cuando sea mayor. La edad recomendada para hacer uso de este tratamiento es de cuatro a seis años. Por tanto podríamos encuadrar este tratamiento en el ámbito de la odontopedriatría.
Ortodoncia interceptiva:
Este tratamiento de ortodoncia se relaciona con la edad infantil. Como su nombre indica, su objetivo es el de intentar interceptar futuros problemas mayores de oclusión y mordida. Lo aconsejable es comenzar con este tratamiento a partir de los siete años de edad ya que es cuando al niño le suelen salir los dientes incisivos superiores e inferiores. Dependiendo del problema que tenga se usará un tipo de ortodoncia u otro.
- Disyuntor/expansor pelatino: Se emplea cuando el problema recae en el paladar del niño, ya que éste tiene una hendidura. La duración es de unos meses, no suele llegar al año.
- Máscaras de tracción extraoral: Este método se utiliza cuando los problemas de la mordida son provocados por defectos en los huesos propios de la cara. Con la utilización de estas máscaras lo que se pretende es estimular el desarrollo tanto del maxilar como de la mandíbula. La duración ronda el año.
Ortodoncia correctiva:
Con esto lo que se pretende es corregir un problema bucodental ya producido. La edad recomendada para realizar este tratamiento son en niños de once a doce años, ya que es cuando se han caído los dientes de leche y ya se forman los dientes definitivos.
¿Qué aparatos se utilizan en una ortodoncia?
Aparatos funcionales:
Estos aparatos dejan en un segundo plano a los dientes en sí y se centra en los músculos activándolos o inhibiendolos y en los huesos estimulando o frenando el el crecimiento de éstos. Estos aparatos cambian y transforman la dirección e intensidad de la fuerzas musculares. Y esto es lo que produce el movimiento de los dientes. Algunos de estos aparatos son:
- Rígidos de apoyo dental pasivo: Su única forma de corrección es mediante la tensión de los tejidos blandos y de la actividad muscular. Un ejemplo de este tipo es el activador de Andresen.
- Elásticos de apoyo dental activo: Además de lo anterior, este tipo de aparatos tienen materiales como tornillos, resortes, etc. Un ejemplo es el modelador elástico de Bimler.
- Reguladores de la función de apoyo tisular: Se basa en los tejidos y tiene un contacto muy ligero con el diente en sí. Un ejemplo es el regulador de la función de Frankel.
Aparatos removibles:
En esta ocasión los aparatos removibles funcionan realizando presiones en los dientes que se quieran corregir. La forma de realizarlo es mediante el uso de elementos mecánicos activos como pueden ser resortes, tornillos, arcos… Su principal característica es que no son fijos, es decir, nos permite quitarlo y ponerlo pero siempre siguiendo las recomendaciones del especialista. Una vez puesto queda fijado al diente Algunos de estos aparatos son: Cuadrohelix; bionator; hawley, disyuntor … siendo este último el más empleado. Estos tipos de aparatos tienen tanto ventajas como inconvenientes y éstas son las siguientes:
Ventajas:
- Mejora nuestra higiene: Al poder quitarnos el aparato cuando vamos a lavarnos los dientes hace que tengamos un mejor acceso a ellos y por tanto una mejor higiene.
- Mayor facilidad para comer: El poder comer sin ellos puestos hace que podamos comer de forma normal, a diferencia de lo que sucede con los brackets fijos, los cuales hacen en muchas ocasiones que modifiquemos nuestra alimentación a comidas fácilmente masticables.
- Mayor comodidad: El hecho de que podamos quitarnoslo, aunque sea en momentos muy concretos, hace que podamos descansar de ellos y nos resulte menos molesto.
- Precio menor: Es posiblemente la opción más económica para arreglar algún defecto dental.
Inconvenientes:
- Proceso lento: Debido a esta característica removible de los aparatos hace que el tiempo del tratamiento pueda llegar a ser más prolongado.
- Mayor facilidad de romperse: Al mantener más contacto con el aparato hace que tengamos más opciones de romperlo, por ejemplo por una caída de éste.
Aparatos fijos (Brackets):
- Metálicos: Los brackets metálicos son pequeños objetos de forma cuadrada que se pegan al diente con un pegamento concreto. Todos estos objetos se unen unos a otros por alambres. Y la alineación se consigue gracias a los distintos ajustes que realiza el especialista. Es el método mas común.
- Cerámico: Este tipo de brackets se encuadran en la llamada ortodoncia estética. Esto es así debido a que, a diferencia del anterior, en este caso los brackets son de cerámica y con un color muy parecido al del propio diente, lo que hace que sean mucho menos visibles para los demás. Lo único metálico es el arco que recorre la boca.
- Linguales: Aunque están hechos de aceros, al igual que los metálicos, la característica de este tipo de brackets es que se sitúan en la parte interior de los dientes, por tanto son prácticamente imperceptible para los demás.
- Zafiro: Se engloba también en la ortodoncia estética, junto con el cerámico. En esta ocasión los brackets son transparentes, e incluso el arco también puede serlo dependiendo del caso en cuestión.
- Invisible: Es el método más moderno de entre todos los aparatos. La principal característica respecto a las demás es que es de quita y pon, es decir, consta de dos férulas totalmente transparentes que se sitúan sobre los dientes y nos las vamos poniendo y quitando.
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Hasta la semana que viene. ¡Sed felices!
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