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INTRODUCCIÓN
Te invito a que des un salto en el tiempo y me acompañes a la Inglaterra del siglo XIX. Es de noche y las lámparas de luz de gas amenizan la velada. En la casa, un joven matrimonio formado por Kate y Paul inicia su vida en pareja, al calor de un hogar.
Pasan los días y el comportamiento de Paul se vuelve más agresivo con Kate. La acusa de haber hecho desaparecer objetos de la casa. Por ejemplo, el viejo cuadro de su abuela ya no preside la chimenea. Además, discute con Kate por sus constantes descuidos; Ha olvidado la cita de la tarde y se ha presentado a la consulta del médico en una hora distinta a la indicada. Además, empieza a tacharla de loca, porque Kate afirma haber visto como se encendían y se apagaban solas las luces de gas del cuarto de invitados.
¿Es locura o manipulación? ¿Alguien está controlando esa realidad desde las sombras?
Lo que Kate no sabe es que todo está siendo una maniobra de su pareja para manipularla mentalmente y destruirla. El cuadro permanece guardado en el altillo. Lo hizo él mismo, al igual que cambió la cita del médico sin avisarla y su criada es quien, bajo sus órdenes, está manipulando la luz de gas del cuarto de invitados.
Sin saberlo, Kate está pasando por el fenómeno conocido como «luz de gas» o «gaslight» que recibe su nombre de la obra homónima de Patrick Hamilton (1938). La pequeña lámpara de luz de gas nos permite enlazar la aparente locura de Kate al observar que ésta se encendía y apagaba sola con el término de la manipulación emocional que ataca de forma cruel y despiadada la cordura de la persona.
Es mejor encender una vela que maldecir una oscuridad.
Confucio
QUÉ ES LA LUZ DE GAS
Se entiende por «luz de gas» la manipulación emocional ejercida contra una persona para alterar su percepción de realidad, creando un estado de confusión mental que le lleve a dudar de sus acciones, percepciones y emociones. Hablamos por tanto de abuso y maltrato psicológico. Es un concepto muy relacionado con una autoestima baja, los malos tratos y la violencia machista, por ejemplo.
Actualmente, la luz de gas o «gaslight» no se encuentra descrito en ningún manual de psiquiatría y psicología como DSM-V o CIE-10, de modo que la clasificación y definición del concepto puede variar entre diversos autores.
En este artículo pretendo dar una visión general del concepto, proporcionando una clasificación propia elaborada a partir de diversos autores. Describo también las características del fenómeno y por último, propongo algunas pautas que pueden seguirse para detectar el problema o bien que no llegue a producirse.
¿PUEDO ESTAR SUFRIENDO LUZ DE GAS? SIGNOS
Existen algunos indicios que pueden advertirnos de estar padeciendo luz de gas. El control y la sutileza del agresor al actuar pareciendo incluso la parte inocente de este escenario es típica y paradójica. Es capaz de regular el daño emocional que está ejerciendo a la otra persona con la sutileza necesaria para incluso pasar desapercibido en las primeras fases de la luz de gas. Os comento algunos brevemente:
- Alusión a la locura: El maltratador utiliza constamente expresiones como «estás loca», «ves cosas que no son», «deberías ir al manicomio» o «estás para que te encierren». Dichas afirmaciones van haciendo mella en la persona con el paso del tiempo, pasando de ser rechazadas de plano o ser aceptadas por la víctima.
- Dar la vuelta a la situación: Constantemente, el maltratador pasa de ser el culpable de la situación a ser la víctima. Por ejemplo, si se acuerda el ir a cenar a un restaurante y él no se presenta (culpabilidad), puede alegar que realmente no llegaron a quedar en nada y sentirse furioso por recriminarle el no haber ido (victimización)
- Polarización de la culpa: Todo lo negativo que ocurre en la relación se va a achacar a la víctima. No existe la culpa compartida por la otra parte.
- Mentiras: El manipulador hace uso constante de las mentiras para atentar contra la realidad de la cosas y confundir a la víctima de forma mantenida en el tiempo.
- Ataques verbales y físicos: Los insultos, menosprecios o vejaciones empiezan a producirse prácticamente desde el primer día y aumentan la intensidad si la víctima cede y no presenta resistencia. Por otra parte, pueden producirse agresiones físicas.
FASES DE LUZ DE GAS
Podemos hablar de diferentes fases a la hora de analizar el proceso de luz de gas y éstas no tienen por qué coincidir entre autores. Sin embargo, la clasificación que propongo puede ayudar a entender mejor de qué estamos hablando. Vamos a ver que es un concepto muy relacionado con la violencia, ya sea de género o intrafamiliar. De hecho, te invito a comparar las fases del ciclo de violencia de Leonore Walker con esta clasificación que propongo. Por ejemplo:
- La fase de acumulación de la tensión ya está presente prácticamente desde el inicio.
- En cuanto a la fase de agresión, alcanza su mayor apogeo en los estadios de construcción del nido y separación.
- Por otra parte, la fase de luna de miel está muy vigente en la reanudación, aunque no por ello hay que pasar por alto pequeñas acciones similares en otras fases, con el único objetivo del agresor de recuperar el control de nuevo y seguir manipulando la realidad de la víctima.
1. Seducción. Inicio de luz de gas
En esta primera fase, se conoce a la persona y podemos hallar una relación caracterizada por la dominancia del futuro opresor y la sumisión de quien va a ser la víctima en todo el proceso. Estos roles tan diferenciados empiezan a definirse prácticamente desde el minuto uno en que se conocen los individuos. La parte dominante empieza a ejercer control sobre la otra, de un modo sutil. Se presenta a las amistades de la víctima como alguien en quien se puede confiar, ameno, amigable e incluso cálido. Se busca una entrada «de etiqueta» en el círculo social de la víctima.
Podemos decir que la verdadera personalidad del opresor no ha sido revelada todavía. En este momento, va a mostrar su mejor cara, creando el rol artificial de pareja, amigo o yerno perfecto.
2. Control y restricción relacional
A medida que la relación entre dominante y sumiso/a se acentúa y se genera una mayor intimidad y complicidad, el control ejercido por el primero se incrementa y se extiende hacia las actividades que se llevan a cabo por separado y de forma conjunta. La palabra clave aquí es control y la característica principal es que éste se produce de un modo totalmente asimétrico. Mientras que la parte dominante no tolera la menor injerencia a su libertad, empieza a exigir determinadas acciones a la persona sumisa. Por ejemplo:
- Las amistades de la víctima pasan por un proceso de censura cuyo fin último es el completo y total aislamiento. Se incrementan las críticas hacia sus familiares y amistades.
- Restricciones: La víctima ve coartada su libertad de acción y movimiento. Debe estar controlada en todo momento. La elección de salir con amistades e incluso familiares empieza a depender de la voluntad del dominante
- Vida social limitada: A consecuencia de los puntos anteriores
Existen tensiones entre ambas partes, ya que la víctima busca recuperar el estatus de libertad que tenía anteriormente. De hecho, en un primer momento tanto sus amistades más cercanas como los familiares, buscan ayudarla en esta tarea. De conseguirlo, se pasaría directamente a la fase de ruptura, aunque esto se produce en el mejor de los casos. Por contrapartida, si se supera esa fase, el fenómeno de luz de gas se acrecienta y se despliega totalmente en los siguientes estadios.
3. Convivencia y construcción del nido
En este punto, la pareja decide iniciar una nueva vida en el hogar. Se acentúa la manipulación emocional a través de varios factores:
- Mentiras: Se busca a través de mentiras la confusión de la víctima. Por ejemplo, se le puede acusar a la víctima de no haber ido a recoger a los hijos cuando así quedaron en hacerlo y no ser cierto.
- Falsas acusaciones: Atacar a la persona por haber escondido o robado objetos de la casa.
- Se acrecienta el control del dominante a la víctima, que limita las libertades de ésta. Paradójicamente, el primero se se siente con mayor libertad de acción para tomar sus propias decisiones sin consultar a nadie. Anteriormente, ya se sentía con ese privilegio, aunque trataba de disimularlo aparentando consensuar las decisiones a tomar por la pareja.
5. Separación
La toma de conciencia de la víctima ante la situación que está viviendo se hace más patente. Percibe las descalificaciones, el abuso y los intentos sufridos por hacerle pasar por alguien que ha perdido la cordura. Decide tomar distancia de su pareja y llevar a cabo los primeros intentos de iniciar una nueva vida lejos de su maltratador.
6. Reanudación
En este punto, podemos hablar de la fase de «luna de miel» que Leonor Walker describe en el ciclo de la violencia. Se caracteriza por los intentos del maltratador por recuperar a la víctima. Lo hace agasajándola con regalos, mostrando una actitud en cierta manera dócil y aparentemente sumisa, pidiendo un perdón falso e hipócrita, con el único objetivo de acercar de nuevo a la víctima a su área de influencia.
Este estado de aparente luna de miel es breve y posteriormente se reinicia el ciclo de violencia y luz de gas.
7. Ruptura de la luz de gas
La víctima, ya agotada mental y físicamente logra romper la relación y alejarse definitivamente de la víctima. Sin embargo, es el primer paso de un proceso largo y tortuoso en ocasiones, que la llevará a la completa toma de conciencia de lo que ha soportado.
CONCLUSIÓN Y CIERRE
Recuerdo una escena en la que el famoso archienemigo de Batman confesaba a un joven Bruce Wayne que tan solo un mal día puede separar a la persona más cuerda de la locura absoluta. Si bien puedo decirte que la afirmación, por suerte, resulta desproporcionada, una sucesión de malos días podría provocar que la aparente locura de la víctima que sufre luz de gas genere un pleno convencimiento. De alguna manera es la profecía autocumplida. En un mundo donde las apariencias suplen a menudo lo real, uno debe estar siempre apercibido de que estas conductas existen y podemos ser por tanto proclives a padecerlas.
Afortunadamente, para este síndrome tenemos herramientas para detectarlo. Aquí te he explicado unas cuantas aunque quizás la más importante sea el hecho de tener por seguro que quien nos quiere a su lado rara vez va a restringirnos nuestro círculo de amistades y las relaciones con nuestra familia. Tampoco va a buscar atacarnos, verbal o físicamente y muchísimo menos de una forma prolongada, culpabilizándonos de todo lo malo que nos ocurre a nosotros y a los demás. Si se dan algunas de estas situaciones, pide ayuda. Esa misma lámpara de gas que simbolizaba una creciente y aparente locura, también señala la luz hacia un futuro de esperanza.
Quien bien te quiere, no te hará llorar. Te acompañará en el camino.
OTROS ARTÍCULOS Y ENLACE A LA PELÍCULA
Si te ha gustado este artículo, quizás te interesen otros que he escrito para la revista. Te dejo aquí algunos enlaces, así como el vínculo a la película homónima del tema que estamos hablando. Espero que os gusten. Os deseo un buen fin de semana y mucha salud. Nos leemos pronto.
BIBLIOGRAFÍA
1.Palau, M.. (2018). LUZ DE GAS: HISTORIA DE UN SECUESTRO EMOCIONAL . noviembre 14,2020, de Centro ITACA Sitio web: https://www.centroitaca.com/pdf/biblioteca/Luz%20de%20gas.pdf
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