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Introducción
¿Qué sientes cuando recuerdas tu época en el colegio? Yo recuerdo a mis amigos, los profesores, aquellos interminables exámenes…Y cómo no, las sufridas calificaciones. Puedo decir, sin orgullo y con la boca pequeña, que me enseñaron a competir contra los demás. El éxito o el fracaso dependía de las notas. Ahora, gracias a la inteligencia emocional, parece el frío y hostil escenario va cambiando. Paulatinamente, pero lo está haciendo.
Si bien en la filosofía oriental podríamos asegurar que ya existía la idea de una inteligencia emocional desde tiempos inmemoriales, en occidente no supimos bien qué era ese concepto hasta que en 1990 los psicólogos Peter Salovey y John Mayer lo utilizaron por primera para trazar el concepto de las cualidades emocionales necesarias para el correcto desarrollo de la salud mental de la persona. Englobaron en el término aspectos como la empatía, la comprensión y expresión de los sentimientos, la adaptación al entorno cambiante, la amabilidad, la persistencia, etc.
Sin embargo,el gran punto de inflexión sobre el término de «inteligencia emocional» lo llevó a cabo Daniel Goleman con su libro «Emotional Intelligence», publicado en 1995. Si me acompañáis, descubriremos brevemente qué hay detrás de ese prometedor término.
No solamente la gente feliz soporta mejor el dolor y toma mejores decisiones de salud y felicidad cuando se ve amenazada. Las emociones positivas pueden deshacer las emociones negativas.
Martin Seligman, psicólogo estadounidense.
¿Qué es la inteligencia emocional? Emocional vs Inteligencia General.
Podemos afirmar que la inteligencia emocional es la capacidad de identificar,utilizar, comprender y manejar las emociones, para mejorar la inteligencia social, que es la que nos permite una correcta interacción con el entorno en que vivimos. En cierta manera, hay similitudes entre la inteligencia emocional como se entiende ahora y la inteligencia social de Thorndike, quien en los años 20 la describía como la «habilidad de comprender y motivar a las personas».
¿Existen diferencias entre la inteligencia emocional y la inteligencia general? En cierto modo, las podemos considerar independientes. A continuación os dejo una tabla donde podréis observar algunas de las desemejanzas.
Término comparativo | Inteligencia general (Factor G) | Inteligencia emocional (IM) |
Definición | «La inteligencia es la capacidad combinada o global del individuo para actuar con determinación, pensar racionalmente y tratar eficazmente con su entorno” (Wechsler, 1944, p. 3)» | “La inteligencia emocional es un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones” (Salovey & Mayer, 1990) |
Estabilidad | Extremadamente estable desde los seis años (Shapiro,1997) | Mayor capacidad de desarrollo (Shapiro,1997) |
Carga genética | Elevada. Altamente dependiente de factores genéticos | Baja. El ambiente adopta un papel mucho más significativo que el componente genético en el desarrollo de la IM |
Pruebas de medición | Escala Wechsler WAIS-IV, WISC-V, RAVEN, etc. | MSCEIT |
Localización | Múltiples áreas del cerebro. No existe área específica donde se ubique la inteligencia general. | Principalmente en la corteza emocional o sistema límbico (Hipocampo, hipotálamo, amígdala,etc.) Shapiro, 1997. |
Os facilito el enlace al artículo sobre inteligencias múltiples por si queréis investigar más sobre este aspecto relacionado con este punto: https://www.saluddiez.com/inteligencias-multiples/
Algunos mitos sobre la inteligencia emocional (IE)
En este apartado deseo hablaros de los mitos o falsas creencias acerca de la inteligencia emocional. Es una manera de conocer mejor lo que estamos hablando cuando nos referimos a este concepto tan escurridizo.
1 – No puede hablarse de una inteligencia emocional como entidad.
Tal y como hemos observado antes, la I.E. posee bases neurobiológicas sobradamente conocidas. Hablamos por ejemplo del cerebro emocional cuando nos referimos al sistema límbico, que es el centro del cerebro donde reside precisamente el comportamiento emocional.
2 – Confundir alta emocionalidad con elevada IE
Las personas pueden tener una alta empatía con los demás y no por ello desarrollar una elevada inteligencia emocional. De hecho, incluso puede ser hasta contraproducente. Imaginemos a un profesional de la salud empatizando de forma exagerada con el sufrimiento de sus pacientes. Esa falta de regulación emocional puede entorpecer su trabajo y restarle eficacia. Diríamos, por tanto, que en la regulación emocional está la clave y ésa es precisamente una de las cualidades de la inteligencia emocional; Identificar las emociones , utilizarlas, comprenderlas y manejarlas de un modo adecuado.
3 – La inteligencia general (C.I. o Factor G) correlaciona con inteligencia emocional:
Se ha demostrado que un cociente intelectual alto no tiene por qué estar relacionado con una elevada inteligencia emocional. Podemos observar como en nuestro entorno existen personas que, aún demostrando una elevada inteligencia general en pruebas estandarizadas para medirla, como el WAIS-IV, han demostrado capacidades muy limitadas en inteligencia emocional.
4 – ¿Implica tener una IE alta ser buena persona?
La inteligencia emocional puede ser usada para detectar las emociones de los demás y ayudarles en la medida de nuestras posibilidades. Es loable. Pero ser un experto en manipulación emocional puede provocar el efecto contrario, utilizando la gestión emocional en beneficio propio, aunque los demás puedan perjudicarse. En resumen, una I.E. alta tiene dos caras para la misma moneda.
5 – Considerar la IE como un valor estático
Si bien la inteligencia emocional es un concepto relativamente reciente, los estudios y las estrategias en la escolarización siguen el camino orientado al desarrollo de dicha inteligencia, a fin de que pueda desarrollarse principalmente en la vida escolar, cuando podríamos hablar de un periodo crítico en el despliegue de ésta. Sin embargo, la I.E. puede desarrollarse también en la vida adulta. Puedo daros el ejemplo de la programación neurolingüística, que espero desarrollar próximamente.
Ideas para mejorar la inteligencia emocional
Existen infinidad de herramientas para poder trabajar la inteligencia emocional con nuestros hijos e inclusive la nuestra. Afortunadamente, tal y como hemos visto, la I.E. no es algo estático que tengamos al nacer.
El tiempo especial de Russell Barkley
Este brillante psicólogo, especialista en TDAH, nos habla del concepto de «tiempo especial», que puede aplicarse con éxito para el entrenamiento en inteligencia emocional. El científico propone a los padres de niños «movidos o difíciles» que aporten a sus hijos veinte minutos diarios de ese tiempo especial para fomentar una atención positiva con ellos. Frecuentemente, ya sea en la escuela o en casa, los niños hiperactivos reciben una gran cantidad de atención negativa en forma de reproches o críticas, que pueden minar su estado emocional. Mediante ese ejercicio, se propone precisamente lo contrario: fomentar y mejorar la inteligencia emocional del niño.
Creemos una atmósfera libre de juicios, donde haya entusiasmo, interés y aceptación.
Russell Barkley, Taking Charge of ADHD
Los cuatro puntos principales del tiempo especial, son los siguientes:
- Elogio: Alabar lo que está haciendo bien el niño. Si por ejemplo, estamos construyendo una torre, decirle que estamos muy contentos por la «súper torre» que ha hecho.
- Interés: Demostrar atención por las acciones del niño. Tener una atención activa con él.
- Posición de observador: Tratar de no interferir en las acciones del niño. No vamos a controlar, ni dar órdenes. Intentamos no guiar.
No juzgar lo que hace el niño durante este tiempo
Os dejo un interesante vídeo de Russell Barkley sobre el control de las emociones:
Aprender a relajarnos. Método de Koeppen
La relajación nos permite conectar con nuestras emociones de un modo fluido y sano. Afortunadamente se están popularizando técnicas como la relajación progresiva de Jacobson o el Mindfulness que permiten un adecuado manejo emocional.
Para los niños más pequeños, a partir de cuatro años, podemos probar el método de Koeppen. Os facilito este vídeo para que os hagáis una idea de como practicarlo en casa.
Solución de problemas:
Los niños tienen una mayor capacidad de resolver problemas de la que nos pensábamos (Shappiro,1997). Una de las claves para un buen desarrollo emocional está en que, como padres, facilitemos su autonomía para que puedan solucionar esas adversidades por sí solos, utilizando las herramientas adecuadas para ello. No pequemos de proteccionistas, solucionando los problemas por ellos, ya que no irá en su propio beneficio. En sintonía con lo comentado, facilitar reuniones familiares puede ser una buena manera de exponer problemas y plantear posibles soluciones. Es muy positivo que los niños vean y aprendan que los padres tenemos problemas y que, al igual que ellos, tratamos de resolverlos.
Utiliza el humor!
El humor es un estupendo elemento para facilitar la socialización y mejorar el estado de ánimo. Es una habilidad que puede entrenarse. ¿Por qué pensar en la dicotomía de que lo tenemos o no lo tenemos? Lo que os muestro a continuación es un breve resumen del alfabeto emocional del dr. Juan Hitzig. Este profesional realizó un estudio sobre el envejecimiento sano de un grupo de mayores. Comprobó que aquellas personas que se caracterizaban por un manejo adecuado de las emociones negativas, habían logrado evitar el estrés emocional y gran parte de las dolencias que aquejaban aquellas personas que no tenían esa gestión emocional. La teoría es muy interesante y lo que os presento es una adaptación propia, muy resumida y de tres pasos para que os hagáis una idea.
FASE 1: Pensamientos negativos.Aparece el estrés
El cortisol es una hormona que libera nuestro cuerpo cuando es sometido al estrés, que puede relacionarse con las rumiaciones negativas. En términos generales, a mayor estrés, mayores niveles de cortisol. Como podemos ver en el gráfico, se producen una serie de reacciones emocionales negativas, con la R como letra en común. Uno de los desenlaces de esta fase puede ser la depresión.
FASE 2: Pensamientos positivos. Serotonina.
Si tenemos pensamientos positivos, desencadenaremos varias conductas positivas, con la letra «S» en común. La serotonina, un neurotransmisor, actúa como activador. Niveles altos de serotonina en nuestro cerebro se asocian con el bienestar, mientras que una depresión puede caracterizarse precisamente por lo contrario: bajos niveles de serotonina.
FASE 3: Desenlace positivo
Los pensamientos positivos facilitarán el desenlace óptimo de nuestras emociones, expresando varias conductas identificadas con la letra «A».
Otros aspectos para mejorar la inteligencia emocional
- Solucionar los problemas: Muchas veces, por miedo a afrontar directamente los problemas, optamos por una postura evitadora que por sí sola no va a solventar lo que nos pasa ni hará que desaparezca por si solo. En definitiva, plantear soluciones y no aplazar los problemas.
- Disciplina : Tener un cierto orden en nuestro día a día nos ayudará a identificar dónde estamos, qué hacemos ahora mismo y a dónde deseamos llegar. Nos permite no entrar en la indefinición del «no saber qué hacer con nuestra vida». En definitiva, tener un plan y trabajar por conseguirlo.
- Clima de confianza: Generar un clima de confianza con nuestros hijos, pareja, familia, compañeros, etc., permite evitar muchos problemas futuros que puedan aparecer por el mero hecho de que no exista dicha confianza. Por ejemplo, que nuestro hijo sea capaz de acudir a nosotros cuando tiene un problema y no a otras fuentes,es resultado de haber trabajado previamente en generar ese clima de confianza.
- Ser veraz y sincero con los hijos respecto a temas dolorosos como pudieran ser una enfermedad o adversidades como la pérdida de un empleo. Edulcorar, esconder o aplazar la verdad puede generar consecuencias negativas como la pérdida de confianza o una futura gestión emocional inmadura para el niño, que no ha podido «entrenar» sus emociones ante circunstancias difíciles de la vida.
Trabajar la inteligencia emocional en las escuelas
Tener un cociente intelectual elevado no garantiza el éxito en la vida
Puedo deciros sin demasiado miedo a equivocarme, que hasta hace poco el alumno que sacaba buenas notas en el colegio/insistuto/universidad era definido inmediatamente como una persona con un futuro envidiable en la vida. Quizás, bajo esa apariencia de genio se escondía alguien con serios problemas de autoestima, elevada timidez o escasa inteligencia emocional. O quizás era narcisista, extrovertido como el que más y brillante en inteligencia emocional. ¿Qué más da, si eso era secundario?
Afortunadamente se ha visto que aquello no era realmente así. Ha costado muchísimo trabajo aprenderlo, pero por fin el mundo educativo y la sociedad en general, ha empezado a dar los primeros pasos en pro de un mayor protagonismo a la gestión de las emociones en las escuelas. Por lo tanto:
Estamos en condiciones de afirmar que el resultado de una prueba de cociente intelectual no va a suponer una losa o una garantía hacia el éxito en la vida.
Toda regla tiene sus excepciones, claro está, pero este es el aprendizaje que extraemos ahora mismo en términos generales. Ahora bien,
¿Cómo pueden fomentar las escuelas el correcto desarrollo de la I.E?
El método EOS: Ha sido desarrollado por Antonio Vallés Arandiga, como programa para el desarrollo emocional de los niños. Puede aplicarse a partir de niños de primaria (6 años) y consta de tres niveles. La finalidad de este método es la de gestionar la resolución de conflictos y mejorar la convivencia escolar y las habilidades.
Manual «sentir y pensar»: Manual de ayuda a profesores para ayudarles a trabajar la inteligencia emocional de sus alumnos, fomentando su autonomía y capacidad para gestionar sus propias emociones y las de los demás. Lo publica la editorial SM.
Os dejo a continuación un vídeo muy interesante sobre como trabajar la inteligencia emocional en las aulas.
Conclusión y cierre
Me gusta pensar en la inteligencia emocional como la puerta de entrada a una sociedad más feliz, colaboradora y unida que nunca. Parece ser que poco a poco, con el paso del tiempo, iremos dejando atrás el modelo taylorista que la revolución industrial impuso en las escuelas y que se basaba en crear mano de obra para la floreciente industria…y poca cosa más.
Hemos aprendido que no somos simples herramientas de trabajo y que dentro de nuestra mente hay emociones que deben ser redescubiertas y entrenadas. No vinimos a este mundo solamente para trabajar, sino también para disfrutar y ser felices. En definitiva, para rellenar nuestra experiencia vital con el abecedario emocional de Hitzig, donde la A tendrá que adquirir un mayor protagonismo del que ha tenido hasta ahora; Ánimo, amor, amistad, alegria y aprecio.
Espero que nos veamos la próxima semana con otro artículo. Muchas gracias a todos por acompañarme hasta aquí. Cuidaos mucho estos días.
Otros artículos míos:
https://www.facebook.com/PsicologoRubio
Bibliografía
Benito, M.. (2018). Aprende a activar las hormonas que te ponen de buen humor. abril 18, 2020, de El Mundo Sitio web: https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2018/07/24/5b570dfa46163f7d0c8b45ac.html
Fita, J.. (2010). ¿Dónde reside la inteligencia?. abril 18,2020, de La Vanguardia Sitio web: https://www.lavanguardia.com/ciencia/20121024/54353797990/donde-reside-la-inteligencia.html
Flores, E.. (2010). La inteligencia emocional en la educación primaria. abril 19,2020, de Revista de la educación en Extremadura Sitio web: https://extension.uned.es/archivos_publicos/webex_actividades/4980/ieimaciel05.pdf
Shapiro, L.. (1997). La inteligencia emocional de los niños. México: Vergara Editor, S.A..
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