HIPOXIA: FALTA DE OXÍGENO EN LA SANGRE, CÉLULAS Y TEJIDOS DEL CUERPO

La hipoxia es el estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo que comprometen su correcto funcionamiento. La hipoxia se presenta cuando hay una mala utilización del oxígeno o cuando disminuye el aporte de este a los tejidos. El suministro de oxígeno a un tejido depende de un adecuado volumen de sangre y, a su vez, que este contenga una cantidad adecuada de oxígeno.

La hipoxia, por sí misma, no es una enfermedad, sino un estado que puede ser provocado por una gran variedad de factores.

Los aparatos cardíaco y respiratorio tienen la función fundamental de suministrar oxígeno y sustratos a las células. Y de igual forma, se encargan de eliminar el dióxido de carbono y otros productos metabólicos de ellas. El descenso en la disponibilidad de oxígeno para las células es un cambio del metabolismo que provoca una insuficiencia para satisfacer estas necesidades.

HIPOXIA CEREBRAL

Los cambios en el sistema nervioso central, sobre todo en los centros superiores, son consecuencias muy importantes de la hipoxia. El cerebro es el coordinador de gran parte de las funciones vitales del cuerpo, por lo que necesita un suministro constante y permanente de nutrientes y elementos esenciales para su correcto funcionamiento. Entre estos elementos encontramos el oxígeno. De este modo, cuando no llega suficiente oxígeno a las células ocurre la hipoxia cerebral. Las células del cerebro son sumamente sensibles a la falta de oxígeno, sin un suministro adecuado comienzan a verse afectadas gravemente y como resultado ocurre un daño cerebral severo.

TIPOS DE HIPOXIA SEGÚN SUS CAUSAS

• Hipoxia de origen respiratorio: Surge debido a la desigualdad entre la ventilación y el riego, es la disminución de la saturación de oxígeno en la sangre arterial causada por la hipoventilación.
• Hipoxia de grandes altitudes: También llamada enfermedad de grandes altitudes. Cuando un individuo es expuesto a grandes altitudes, la saturación arterial declina rápidamente. Las personas no aclimatadas a estas condiciones no muestran funciones normales.
• Hipoxia por cortocircuito de derecha a izquierda extrapulmonar: Este tipo de hipoxia es debida a malformaciones cardíacas congénitas.
• Hipoxia anémica: Cualquier disminución en la concentración de hemoglobina conlleva un descenso correspondiente de la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre. La sangre anémica no es capaz de dotar la cantidad habitual de oxígeno.
• Intoxicación por monóxido de carbono.
• Hipoxia circulatoria: Este tipo de hipoxia se produce en la insuficiencia cardiaca y en casi todas las modalidades del estado de choque.
• Hipoxia de órganos específicos: Se trata de una hipoxia circulatoria localizada que puede surgir al disminuir el riego como consecuencia de la obstrucción de alguna arteria o vena. La vasoconstricción puede disminuir la corriente que llega a las extremidades y a la piel, apareciendo hipoxia en estas regiones.
• Aumento de las necesidades de oxígeno: Ocurre cuando el consumo de oxígeno de los tejidos se encuentra elevado sin el correspondiente incremento del riego. En estos casos, el individuo presenta la piel caliente y enrojecida, debido a un mayor flujo sanguíneo a ella. El ejercicio es el principal causante de este tipo de hipoxia.
• Utilización deficiente de oxígeno: el cianuro y otros elementos tóxicos de acción similar general hipoxia celular. Los tejidos son incapaces de utilizar el oxígeno y, como consecuencia, la sangre venosa tiende a presentar una alta presión de estos gases.

CAUSAS PROBABLES DE HIPOXIA

• Inhalación de gases o humo.
• Asfixia.
• Enfermedades que paralizan al sistema respiratorio.
• Exposición a grandes alturas o a bajas presiones donde la concentración de oxígeno en el aire sea menor.
• Presión o compresión sobre la tráquea.
• Sofocamiento.
• Ejercicio.
• Etc.

En los casos en que se detienen tanto el suministro de oxígeno como de nutrientes, las causas pueden ser:

• Paro cardíaco.
• Arritmia cardíaca.
• Complicaciones de anestesia general durante cirugías.
• Ahogamiento.
• Sobredosis de drogas.
• Parálisis cerebral.
• Accidente cerebrovascular.
• Presión arterial muy baja.

SÍNTOMAS

La hipoxia leve altera el criterio y la coordinación motora, lo cual genera un cuadro clínico parecido al de la intoxicación alcohólica aguda. Estos síntomas pueden incluir:

• Cambio en la atención o distracción.
• Deterioro de la capacidad de discernimiento.
• Movimientos descoordinados.
• Mareo.
• Sofocamiento.
• Desmayos.
• Insomnio.
• Fatiga.
• Somnolencia.

Mientras los síntomas de la hipoxia severa incluyen:

• Estado de inconsciencia y falta de reacción total.
• Ausencia de la respiración.
• Ausencia de la respuesta de la pupila del ojo a la luz.
• Infartos cerebrales.

PRUEBAS Y EXÁMENES PARA DETECTAR HIPOXIA Y SUS CAUSAS

La hipoxia generalmente se reconoce con una oximetría del pulso, pero también es usual diagnosticarla a partir del historial clínico del paciente, así como de un examen físico de la persona. En el examen físico se evalúa la fuerza de las respiraciones, así como la permeabilidad de la vía aérea. Si el paciente se encuentra bajo ventilación mecánica, se debe confirmar que el tubo endotraqueal no esté obstruido o desplazado.

De igual forma, se hacen exámenes para determinar la causa de la hipoxia y estos pueden incluir:

• Angiografía del cerebro.
• Pruebas de sangre.
• Tomografía computarizada o resonancia magnético de la cabeza.
• Ecocardiografía, un ultrasonido al corazón.
• Radiografía de tórax.
• Electrocardiograma.
• Electroencefalografía, un examen de las ondas cerebrales.
• Potenciales evocados, un examen para determinar si sensaciones como la visión y el tacto llegan al cerebro.

TRATAMIENTO

Lo más importante ante el estado de hipoxia es el restablecimiento del suministro regular de oxígeno. Ya que, mientras más tiempo se esté expuesto a la falta de oxígeno, habrá más riesgo de daño cerebral grave e incluso de muerte.

El tratamiento dependerá de la causa de la hipoxia, pero siempre es importante la reanimación cardiopulmonar básica. Otros métodos pueden incluir:

• Asistencia respiratoria por ventilación mecánica.
• Suministro de oxígeno.
• Control del ritmo y la frecuencia cardíaca.
• Si la presión arterial es baja, se debe elevar a través de líquidos hemoderivados o medicamentos.
• Medicamentos o anestésicos generales.

Una vez identificadas las causas de la hipoxia, el tratamiento se enfocará hacia ese sentido. Pero si persiste la hipoventilación, será necesaria una ventilación mecánica a través de una ventilación a presión positiva no invasiva o con intubación endotraqueal, pues una hipoxia persistente requiere suplemento de oxígeno.

EXPECTATIVAS Y PRONÓSTICOS

El pronóstico del paciente dependerá del grado de la lesión cerebral. Esta lesión cerebral se determina por el tiempo que el cerebro haya estado sin oxígeno. Si el suministro de oxígeno al cerebro estuvo afectado por un breve período de tiempo, el paciente podrá tener un restablecimiento completo o parcial de sus funciones. Sin embargo, aunque algunas personas recuperan dichas funciones, es posible la secuela de movimientos anormales, llamados mioclónicos. E incluso, en algunas ocasiones, el paciente entra en un estado epiléptico, es decir, que pueden presentar convulsiones de forma continua.

Una buena recuperación ante la hipoxia suele deberse a que el paciente estuvo expuesto a la falta de oxígeno por un breve periodo de tiempo, pues cuanto más tiempo permanezca una persona inconsciente, mayor será el riesgo de muerte cerebral y menores las probabilidades de una recuperación.

POSIBLES COMPLICACIONES

Las complicaciones de la hipoxia cerebral pueden incluir un estado vegetativo prolongado, es decir, que la persona puede tener funciones vitales básicas como la respiración, la presión arterial y el ciclo de sueño-vigilia, pero no está consciente ni responde a los estímulos de su entorno. En estos casos, la duración de la supervivencia del paciente en este estado depende, en parte, de qué tanto cuidado se tenga para prevenir otros problemas. Las complicaciones mayores pueden incluir:

• Úlceras de decúbito.
• Coágulos en las venas o trombosis venosa profunda.
• Infecciones pulmonares o neumonía.
• Desnutrición.

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