¿Sabías que el cáncer de páncreas es muy difícil de detectar oportunamente? A continuación, te hablaré de ésta enfermedad: sus síntomas, factores de riesgo y qué ocurre después de un diagnóstico. Descubrirás porqué se considera, tristemente, una enfermedad silenciosa.
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En septiembre de 2019. Las complicaciones del cáncer de páncreas causaron la muerte de uno de los cantantes mexicanos más queridos y reconocidos en el mundo: José José. Sólo pasaron dos años desde que anunció que le había sido detectada dicha enfermedad y el deterioro en su estado de salud fue evidente para todos.
¿Cómo es posible que todo ocurriera tan rápido?
Bueno, empecemos por entender qué es el páncreas y cuál es su función en el organismo.
El páncreas: un órgano con doble función.
El páncreas es un órgano que se encuentra en el abdomen, justo detrás del estómago. Hay quienes dicen que tiene forma de pez o de pera aplanada; supongo que todo depende de la imaginación con que lo veas.
Se pueden identificar 3 secciones en él:
- La cabeza, que se localiza detrás del punto de unión entre el estómago y el intestino delgado. Es la parte más ancha del páncreas.
- El cuerpo, que está justo detrás del estómago.
- La cola, la parte más angosta y de forma puntiaguda, que llega junto al bazo.
Forma parte del aparato digestivo y del sistema endócrino; y en ambos actúa como una glándula. ¿Esto qué significa?
En resumen, una glándula, es un órgano que se encarga de producir y liberar sustancias necesarias para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Se les llama «endócrinas» cuando las sustancias producidas se liberan directamente en la sangre, como en el caso de las hormonas (sustancias que llevan mensajes químicos hacia otros órganos y tejidos para regular su funcionamiento). Por otro lado, cuando esas sustancias se liberan en un conducto que las lleve hacia algún otro lugar -dentro o fuera del cuerpo- se les llama «exócrinas». Un ejemplo de ésto pueden ser las glándulas salivales, que producen y liberan la saliva en la boca.
Pero el páncreas es tan asombroso que ¡cumple las dos funciones! y eso lo convierte en una pieza clave para nuestra salud.
La función endócrina del páncreas es, quizá, la más conocida. El páncreas produce hormonas que afectan nuestro metabolismo; de las cuales, las más importantes son la insulina y el glucagón. Ambas hormonas trabajan en conjunto para mantener estables los niveles de glucosa («azúcar») en nuestra sangre: el glucagón eleva estos niveles, mientras que la insulina los disminuye; y esto sucede en respuesta a nuestro consumo de alimentos y nuestras necesidades de energía. Cuando este equilibrio se ve afectado, puede desencadenar padecimientos como la diabetes.
Por otro lado, en su función exócrina, el páncreas produce sustancias llamadas «enzimas». Éstas enzimas son liberadas en el intestino delgado cuando el estómago descarga su contenido, reblandecido por la acción del ácido de los jugos gástricos, para ayudar a la digestión de los nutrimentos que contienen los alimentos: hidratos de carbono, proteínas y grasas.
Siendo un órgano tan importante, no resulta extraño que pueda verse afectado por muchos factores. De manera general, se considera que las causas de enfermedad del páncreas más frecuentes son:
- Aparición de tumores, o cáncer de páncreas.
- Procesos inflamatorios como la pancreatitis.
- Disminución o pérdida de una de sus funciones, como es el caso de la diabetes.
Entendiendo el cáncer de páncreas.
Como ya vimos, el páncreas tiene dos funciones en el organismo y ésto es muy importante ya que existen dos tipos de cáncer que pueden presentarse; cada uno con síntomas, características, tratamiento y pronóstico muy diferentes.
El tipo más común de cáncer pancreático es el que afecta a la parte exócrina, que está relacionada con las funciones digestivas. Los adenocarcinomas pancreáticos representan alrededor del 95% de los cánceres de tipo exócrino y, generalmente, comienzan a desarrollarse en los conductos que liberan las enzimas que produce el páncreas.
Por otro lado, cuando el cáncer afecta a las células endócrinas del páncreas, se le llama tumor neuroendócrino del páncreas; pero es poco frecuente que ésto suceda. Sus síntomas pueden confundirse con diabetes.
Cuando surge un tumor en el páncreas, y es de tipo canceroso, se dice que es muy «agresivo» porque se propaga rápidamente a los órganos que lo rodean; afectando las funciones de muchos de ellos y produciendo síntomas «inespecíficos» (que no pueden relacionarse directamente con un padecimiento único). Es por esto que resulta tan difícil de identificar en sus etapas tempranas y, cuando es detectado, está tan avanzado que resulta muy complicado el tratamiento.
En cuanto a las causas del cáncer de páncreas, no son del todo claras; sin embargo, se han identificado algunos factores de riesgo que pueden incrementar las probabilidades de padecerlo. Son destacables los antecedentes de cáncer de páncreas o pancreatitis crónica (por causas genéticas) en la familia, pues el riesgo de desarrollar cáncer se mantiene de por vida.
No obstante, existen factores que sí se considera que pueden modificarse; éstos pueden ser ambientales (como la exposición a sustancias químicas en el trabajo) y de estilo de vida (como el tabaquismo, el consumo de alcohol) que afectan a la función del páncreas produciendo pancreatitis crónica, por ejemplo, e incrementando el riesgo del desarrollo de cáncer. En éste grupo también se consideran la obesidad y la diabetes; puesto que tener este tipo de padecimientos incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, aunque no es muy claro el porqué. Debido a ello, resulta muy importante el tomar medidas para el control de éstas enfermedades para reducir ese riesgo.
¿Cuáles pueden ser síntomas de cáncer de páncreas?
Ahora que sabemos que el tipo de cáncer más frecuente en el páncreas es el que afecta a su función exócrina, podemos darnos cuenta de que los principales síntomas que pueden sugerir la presencia de un tumor son aquellos que están relacionados con alteraciones en los procesos digestivos:
- Náuseas y vómitos. Si el cáncer ha crecido tanto como para presionar el estómago, ésto puede sentirse como una «masa» que lo obstruye parcialmente y producir ganas de vomitar porque la capacidad del estómago para recibir los alimentos se reduce.
- Pérdida del apetito y baja de peso involuntaria. Si existe malestar al comer (náusea o vómito), el apetito se ve afectado y, al consumir menos alimentos, la pérdida de peso ocurre sin proponérselo.
- Dolor en el abdomen o en la espalda. El páncreas, por si mismo, no causa dolor cuando tiene algún trastorno; pero crecimiento de un tumor en el páncreas puede presionar a los órganos y nervios que lo rodean, provocando un dolor «vago» en el abdomen o en la espalda.
- Problemas en la vesícula biliar. Cuando el cáncer en el páncreas ha crecido demasiado, puede obstruir los conductos que liberan la bilis y hacer que se acumule en la vesícula. Esto a su vez provoca que la vesícula se agrande y que la digestión de las grasas sea mala (la bilis sirve para digerirlas); dando como resultado que las heces tengan un olor muy fuerte y una consistencia como aceitosa.
- Problemas en el hígado. Cuando el cáncer de páncreas se ha extendido al hígado, pueden presentarse síntomas como: agrandamiento del hígado que puede palparse en una exploración del abdomen; así como «ictericia» (piel de color amarillento) y comezón en la piel por la acumulación de bilirrubina en el organismo, por ejemplo.
Entonces, ¿cuándo debo preocuparme?
Se dice que antes de preocuparse, uno debe ocuparse. Y, en el caso de la salud, ésta debería ser la regla ¡siempre!
Pero hablando del cáncer de páncreas, donde los síntomas para identificarlo también pueden ser causados por muchas otras razones que nada tengan qué ver con él y no existen estudios específicos para detectarlo, existen dos aspectos clave a considerar:
- Identificar si tenemos algún factor de riesgo y,
- Realizar modificaciones en aquellos factores en los que sí podemos actuar, para ver si hay mejoría.
Eso significa que, si percibimos que presentamos alguno o varios de los síntomas mencionados anteriormente, debemos actuar de inmediato si además también tenemos los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de páncreas.
Aún cuando nuestros síntomas no estén relacionados con el cáncer de páncreas; buscar atención oportuna para encontrar las causas y corregirlas, dará como resultado una mejoría en nuestra salud y en nuestra calidad de vida.
Por otro lado, si nuestros síntomas sí nos llevan a un diagnóstico de cáncer de páncreas, resulta de gran importancia conocer el grado de avance de la enfermedad para determinar los pasos a seguir.
El tratamiento del cáncer de páncreas consiste en cirugía para extirparlo, quimioterapia o radioterapia. Sólo un porcentaje pequeño de los pacientes diagnosticados reúnen las condiciones para tener tratamiento quirúrgico: que el tumor esté localizado (que no se haya expandido a otros órganos) y que no haya afectado irremediablemente las estructuras vasculares (venas, arterias) del páncreas como para poder ser reconstruidas con la cirugía. Y ésto no sólo es mucho más fácil cuando la detección se da en etapas tempranas; sino que, además, incrementa las posibilidades de sobreponerse a la enfermedad.
Lamentablemente, más de la mitad de las personas con cáncer de páncreas son diagnosticadas cuando la enfermedad se ha extendido a otros órganos y el tratamiento es mucho más complicado. Como resultado, la tasa de supervivencia (es decir, el porcentaje de personas que siguen vivas después de 5 años de haber sido diagnosticadas y tratadas) en este punto es de sólo el 3%.
En conclusión.
El cáncer de páncreas es una enfermedad «silenciosa», que se califica de «agresiva» y «fulminante»; ya que, para el momento en que presenta síntomas y es detectada, se encuentra tan avanzada que resulta sumamente difícil que el tratamiento dé un buen resultado.
Tanto para quien lo padece, como para las personas que le rodean, puede resultar abrumador tener que entender y aceptar en un breve lapso de tiempo todo lo que implica un diagnóstico de éste tipo.
En el caso del señor José José, a quien hago referencia al principio de esta nota, fue sumamente comentado el avance que tuvo la enfermedad en él y me parece un testimonio invaluable del gran dolor que puede causar esta enfermedad. También nos mostró lo importante que es, no sólo el buscar atención oportuna; sino, también entender que las decisiones que tomamos dia con día respecto a nuestros hábitos (buenos o malos) tienen un impacto profundo en nuestra salud y, seguramente, en la forma de concluir nuestra vida.
No deja de parecerme una extraordinaria coincidencia que, el hombre cuya voz nos emocionó tanto al cantar «El triste», haya padecido en silencio una enfermedad que suele obligarnos a «decirnos adiós, cuando nos adorábamos más».
Para saber más sobre el cáncer de páncreas.
Información acerca del cáncer de páncreas, de la American Cancer Society.
Pancreatic Cancer – An Introduction, with Dr. Andrew Ko
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2 Comentarios
Muy bien artículo felicidades
Gracias!