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Introducción:
He decidido escribir este artículo explicando mi experiencia en primera persona con la depresión mayor, a fin de ayudar a quien esté pasando por una experiencia similar. Como profesional, veo necesario desmitificar algunas ideas erróneas que circulan en la sociedad y que, inconscientemente en la mayoría de los casos, no hace otra cosa que empeorar los síntomas. Primero, explicaré qué es la depresión, para hablar a continuación de los mitos que existen al respecto y finalmente os contaré mi experiencia en primera persona. Vamos allá.
¿Qué es la depresión mayor?
La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo, caracterizado principalmente por un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés durante un periodo mayor de dos semanas. Esos son los síntomas principales, aunque hay otros secundarios necesarios para que se pueda diagnosticar la depresión mayor.
- Se da un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días. Por ejemplo, se dan episodios de tristeza, desesperanza, vacío emocional o incluso irritabilidad.
- Se produce una pérdida de placer o interés por aquellas actividades que antes disfrutábamos.
- Existe una pérdida o aumento importante de peso, relacionada con una falta o aumento del apetito respectivamente. Esa pérdida o ganancia puede ser superior al 5% del total de nuestro peso.
- Aumento significativo de las horas de sueño o insomnio.
- Fatiga o pérdida de energías la mayor parte de los días.
- Percepción de continua inquietud o enlentecimiento mental.
- Sensación de inutilidad, exceso de culpa por acciones realizadas en el presente o el pasado incluso.
- Desciende la capacidad de concentración, pensar, tomar decisiones…
- Ideación suicida: Pensamientos recurrentes de muerte.
Una vez sabemos qué es una depresión mayor, será más fácil hablar de los mitos y entender por qué no son ciertos.
Algunos mitos sobre la depresión mayor
1 – «No tienes depresión. Solamente estás triste»
Hemos visto que la tristeza es un síntoma principal de la depresión. Sin embargo, ambos términos no son sinónimos. Puede existir depresión sin tristeza en algunos casos y por supuesto hay tristeza sin depresión.
2 – «La depresión se pasa sola»
Es peligroso pensar eso, porque se corre el riesgo de equiparar este trastorno a otras enfermedades que pueden curarse con reposo, cuando no tienen nada que ver. Una depresión sin ayuda de los profesionales de la salud es muy probable que tienda a agravarse con el tiempo y cronificarse.
3 – «Los niños no tienen depresión»
Aproximadamente uno de cada veinte niños y adolescentes sufrirá un trastorno depresivo antes de cumplir la mayoría de edad (Clínica universitaria de Navarra, 2019). Es más; Menos de la mitad de estos niños va a recibir un tratamiento adecuado.
4 – «Tienes familia, hijos y trabajo estable». ¿Por qué estás deprimido? No tienes que estarlo.
Para mí, éste es uno de los mitos más peligrosos y dañinos, porque equipara el trastorno a algo optativo para la persona. Uno no elige tener depresión o no tenerla, de modo que si la familia y la buena situación socioeconómica si bien pueden contribuir a superar la situación, no son la barrera inexpugnable que nos vacune para no sufrirla jamás.
5 – Confundir la depresión con debilidad.
Si ya de por sí deberíamos consensuar qué es debilidad, hay que decir que existen factores que no dependen de ningún tipo de debilidad física o emocional, como un desajuste hormonal, por ejemplo.
6 – Siempre hay un origen que explica la depresión.
Las personas suelen preguntar por qué uno sufre de depresión. Veremos más adelante que no hay una sola causa factible. De hecho, podemos estar hablando de varias causas.
7 – Sé positivo, come bien, duerme mejor.
Se plantean como soluciones ante una depresión. Son buenas herramientas para tratarla, pero nadie puede ni debe asegurar que simplemente con esas acciones se va a solucionar el problema. Incluso, decirle a alguien que sufre, que se ve agotado, desanimado, sin fuerzas día a día que simplemente «sea feliz y busque el lado bueno de la vida» es contraproducente. En mis palabras, es una losa que depositas encima de la persona.
En resumen, si nosotros mismos o una persona sufre depresión, consideremos el hecho como lo que es. Un trastorno mental ante el que se necesita ayuda.
Si vamos a un médico cuando no nos encontramos bien, ¿Por qué no normalizar el acudir a un profesional de la salud mental cuando sufrimos los síntomas de la depresión o de cualquier alteración del estado de ánimo?
Causas
En el punto anterior, he dejado caer que podemos hablar de múltiples causas para explicar el origen de la depresión mayor.
Biológicas o estructurales
A nivel estructural se han reportado diferencias en distintas zonas cerebrales entre personas con una mayor predisposición a sufrir depresión (Andrés & Marco, 2018). Estas zonas, encargadas de la regulación emocional son:
- Córtex prefrontal
- Hipocampo
- Amígdala
Neuroquímicas
En la depresión mayor, el flujo de neurotransmisores existente en el espacio intersináptico es menor, en términos generales, al de una persona no aquejada de este trastorno mental.
La causas neuroquímicas se centran en las disfunciones que se dan en los neurotransmisores del cerebro, principalmente serotonina y dopamina y en menor peso, de norepinefrina, GABA, glutamato e histamina. Desgraciadamente, no es posible a día de hoy establecer con certeza cuáles son los niveles óptimos de neurotransmisores en el espacio sináptico, a fin de ajustar mejor este aspecto y mejorar así el pronóstico en una depresión mayor.
La función de los antidepresivos es la de contribuir a la regulación de neurotransmisores en ese espacio intersináptico. Por ejemplo, los conocidos como ISRS (inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) se encargan de aumentar el número de neurotransmisores de serotonina. En este vídeo, se da una explicación muy didáctica de su funcionamiento:
Hormonales
En este punto cabe de la glándula tiroides, que es la principal responsable de la regulación del metabolismo. Está ubicada en la parte frontal de nuestro cuello y puede estar involucrada en algunos síntomas característicos de la depresión mayor. Por esta razón, con frecuencia los profesionales de la medicina suelen pedir una analítica de tiroides cuando los pacientes les refieren síntomas depresivos tales como cansancio, insomnio o irritación. En síntesis:
- Hipertiroidismo: Producción en exceso de hormonas tiroideas. Causa de taquicardia, incremento del apetito o pérdida de peso, entre otros.
- Hipotiroidismo: Producción de hormonas tiroideas en niveles por debajo de lo normal. Causa de bradicardia, pérdida del apetito, incremento de peso, sensación de fatiga, etc.
Nota: He marcado en negrita los síntomas de hipertiroidismo e hipotiroidismo relacionados con depresión.
Por otra parte, se ha demostrado que concentraciones elevadas de cortisol, una hormona muy relacionada con el estrés, pueden corresponderse con la depresión.
Hereditarias
Parece existir una predisposición genética que conduce a una cierta vulnerabilidad a padecer depresión cuando han existido casos anteriores a la familia. Sin embargo, dicha predisposición no implica que se vaya a sufrir ese cuadro. Por ejemplo, un ambiente favorable al desarrollo emocional de la persona puede disminuir significativamente las probabilidades de sufrir un trastorno del estado de ánimo.
Otras causas
Existen varias causas que por razones de tiempo y espacio no he podido incluir. Sin embargo, vale la pena conocer algunas y tenerlas en cuenta para investigar más al respecto si se está interesado:
- Cafeína: Puede tener un efecto indirecto en la depresión. Su consumo puede provocar problemas de sueño y afectaciones al estado de ánimo. Hay que señalar, sin embargo, que no se recomienda una total restricción del consumo de cafeína a las personas especialmente sensibles a la sustancia. En su lugar, es aconsejable una reducción gradual (K. Fall-Flavin, 2019)
- Diabetes: La diabetes puede provocar depresión. Las personas con diabetes tipo 2 tienen un riesgo de un 52% más alto de desarrollar depresión mayor (NIDDK,2011)
- Enfermedades cardiovasculares: existencia de asociaciones bidireccionales entre trastornos del estado de ánimo y enfermedades cardiovasculares (Grippo & Johnson, 2009).
- Deficiencias de vitaminas y minerales en la dieta: Existen estudios que relacionan la carencia de ciertas vitaminas con la depresión. Algunos están bien documentados, como el caso de la vitamina D, mientras que otros, como la relación entre la vitamina E y este trastorno, están en proceso de estudio(Tiemeier & Hoffmann, 2002)
Mi experiencia personal
En este apartado, quiero contaros brevemente mi experiencia con la depresión, no como profesional sino como persona que la ha padecido, a fin de aportar mi granito de arena a la comprensión del tema que os estoy hablando.
En mi caso, empecé con los síntomas depresivos en una buena etapa de mi vida. Con trabajo y situación familiar estable y a punto de terminar la carrera. Podríamos decir que es un momento óptimo, ¿Verdad? Pero la cosa se empezó a torcer en cuestión de semanas. De repente cualquier actividad que tuviera que realizar me costaba horrores. Acudir al trabajo era una carga más pesada de lo normal y las horas se multiplicaban. Al llegar a casa, no tenía ganas de hacer nada. Mi cerebro estaba embotado, sin ideas que brotaran de mi cabeza. Recuerdo pasar horas delante del ordenador, tratando de avanzar el trabajo final de carrera y no poder escribir apenas un par de líneas. Rememoro también mis momentos vomitando en el baño, por la tremenda ansiedad que sufría.
Uno trata por todos los medios de recuperar el control de su vida y más sí eso va implícito en su personalidad. Y os lo cuento como obsesivo del control que soy, que en esos momentos no me era posible. De alguna manera, la mente va a otra velocidad. Se enlentece y discrimina los pensamientos, bloqueando en su mayor parte los positivos y dando rienda suelta a los negativos.
Los comentarios de los demás
Vaya por delante que en mi opinión las personas cercanas siempre te quieren ayudar, pero la incomprensión de lo que te sucede a menudo juega malas pasadas. Escuché atónito que de alguna manera no me estaba permitido tener depresión, con algunas frases similares a estas:
Eres psicólogo. ¿Cómo vas a tener una depresión?
Tienes familia, trabajo. Estás bien de salud. ¿Por qué?
Por suerte, pude contar con gente que supo comprenderme o simplemente respetarme y quedarse a mi lado, prestándome su ayuda, sin condiciones. También es difícil ver que uno dispone de esa mano tendida. No es que no la queramos ver, es que no podemos. La mente está nublada. Distorsionada.
El primer paso
Habréis oído alguna vez que el primer paso es siempre el más importante y también el más difícil. Para mi es el momento en que decides pedir ayuda. En ese instante empieza el camino que te llevará a recuperarte.
Recuerdo bien el punto de inflexión. Estaba hablando con mi mejor amiga (calificativo que sinceramente se queda corto) y logró convencerme para que fuera al médico y pidiera derivación a la unidad de salud mental (USM). Desde fuera, la acción puede verse sencilla, hasta trivial. Apenas unos 500 metros separan mi casa del centro de salud y sin embargo os digo que llevar a cabo todas esas acciones suponían para mi un sacrificio tremendo. No tenía fuerzas ni para llegar a la panadería de la esquina. Por suerte, mi amistad y confianza al 100% con ella pesaron más que mi debilidad física y mental. Y ahí di el primer paso.
La relación terapéutica
Al acudir a la USM, puedes ser tratado por distintos profesionales. En mi caso he pasado por enfermería, psiquiatría y psicología. Es importante desde que se acude por primera vez con estos profesionales, que exista una relación de confianza paciente-profesional de la salud y que pueda hablarse con total libertad, sin guardarse las dudas y temores. En mi caso, lo tenía más sencillo quizás al ser psicólogo y acudir a una profesional «del mismo ramo». Pero también era la primera vez que acudía a una consulta de psiquiatría y si no hubiera confiado en su manera de trabajar y gestionar la medicación, por ejemplo, todo habría sido más complicado. También he de decir que he tenido mucha suerte de ser llevado por tan grandes profesionales. Mi gratitud con ellos es infinita.
Antidepresivos y sus efectos secundarios
Resulta frecuente, al menos en mi entorno más cercano, mencionar el término de antidepresivos y que la gente tenga reacciones cuanto menos curiosas e incluso viscerales. Que si no son necesarios, que si crean una alta dependencia…O que yo por ejemplo, pues no los necesitaba. En mi caso le hice una consulta a mi mejor amiga y confidente, amén de genial doctora, para que me explicara algunos puntos. Y eso ya me bastó.
Indicado por mi psiquiatra, empecé a tomar escitalopram, un antidepresivo ISRS, del tipo que os he hablado anteriormente. En términos generales, estos antidepresivos empiezan a dar resultado entre las dos y las tres semanas, aunque en mi caso, yo diría que en la primera semana de tomarlo ya empecé a ver cambios. Si tuviera que reducir todos los síntomas en una palabra, diría «estable». Dejé de tener pensamientos negativos y positivos. De alguna manera, recuperas la calma. Lo malo ya no te parece tan malo y las cosas buenas que te ocurren lo son, pero no lo vives quizás con tanta intensidad.
En cuanto a los efectos secundarios de los antidepresivos, es muy importante tenerlos en cuenta y comentarlos con los profesionales. Por ejemplo, en el caso del escitalopram, dificulta la eyaculación. Imagino que por este motivo llegan a recetarlo en algunos casos de eyaculación precoz, como os comenté en el artículo que escribí hace ya un tiempo y que os dejo a continuación por si os interesa:
https://www.saluddiez.com/eyaculacion-precoz/
Dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás
Este punto es muy importante. Cuando se padece un trastorno depresivo, hay que tener en cuenta que no siempre el día de hoy uno va a encontrarse mejor que el anterior. A veces se dan pequeñas recaídas y es algo absolutamente normal previsto por los profesionales. Cuando nos pasa una recaída así, es bueno no ponernos nerviosos, tratar de relajarnos y tomar en perspectiva todo lo que hemos hecho desde que empezamos con el proceso de recuperación. Obviamente decirlo es más fácil que hacerlo, pero ya hemos ganado mucho si sabemos que todo esto puede suceder y que ya lo conocemos. Eso sí; no dejemos de ser conscientes de todos los pasos que hemos llevado a cabo. Nos reconfortará.
Conclusión y cierre
A lo largo de este artículo, he pretendido dar a conocer la depresión, centrándome especialmente en la depresión mayor. Espero, humildemente, que a su finalización, hayáis aprendido algo más y que eso os ayude a entender mejor este trastorno y mejorar vuestra relación con gente que la padece.
Os he contado brevemente mi caso, con el mismo propósito y sin que sirva de precedente, os animo a compartir la publicación para que pueda servirle de ayuda a alguien más. Un abrazo y nos leemos la próxima semana con otro artículo.
Otros artículos míos:
https://www.saluddiez.com/author/alejandrom/
Para saber más
Campagne, D.M.. (julio-agosto,2012). Causas orgánicas y comórbidas de la depresión: el primer paso. SEMERGEN, 38, nº5, pp.301-311. Recuperado en: https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-articulo-causas-organicas-comorbidas-depresion-el-S1138359312000056
C.O.P.N. (noviembre 28,2019). Mitos y verdades sobre la depresión. marzo 7,2020, de Colegio Oficial de Psicología de Navarra Sitio web: http://www.colpsinavarra.org/noticias/mitos-y-verdades-sobre-la-depresion
CUN. (2020). Depresión en el niño y adolescente. marzo 7,2020, de Clínica Universitaria Navarra Sitio web: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/depresion-infantil-adolescente
Hall-Flavin, D.. (enero 24,2019). Cafeína y depresión. ¿Existe alguna relación?. marzo 7,2020, de Mayo Clinic Sitio web: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/depression/expert-answers/caffeine-and-depression/faq-20057870
SANITAS. (2020). Tiroides: Relación con la depresión. marzo 6,2020, de SANITAS Sitio web: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/prevencion-salud/tiroides-depresion.html
Thomen, M.. (2019). Depresión mayor: criterios DSM-V, síntomas, causas y tratamiento. marzo 6,2020, de Psicología-Online Sitio web: https://www.psicologia-online.com/depresion-mayor-criterios-dsm-v-sintomas-causas-y-tratamiento-4559.html
Vázquez, A.. (2013). Depresión.Diferencias de género. Multimed, 13, 21. Recuperado de: https://www.medigraphic.com/pdfs/multimed/mul-2013/mul133p.pdf
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