El bizcocho de yogur es, probablemente, el más sencillo de elaborar entre la infinidad de recetas de bizcocho disponibles. Esto es así porque, habitualmente, se toma como referencia de medida el vasito del yogur, que suele tener una capacidad de 125 ml, con lo que siempre sale bien. Suele conocerse también como bizcocho «1, 2, 3», por las proporciones de cada ingrediente.
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El ingrediente estrella del bizcocho de yogur
El yogur es un alimento que se obtiene como resultado de la fermentación de la leche por parte de dos cepas de bacterias de los géneros Lactobacillus (normalmente L. bulgaricus) y Streptococcus (S. termophillus). Cuando se consume fresco, esas bacterias actúan como probióticos , beneficiando enormemente nuestra salud. Sin embargo, debes tener en cuenta que, en este caso, el poder probiótico no está presente en el bizcocho de yogur, dado que las altas temperaturas del horno matan a las bacterias. Pero no te preocupes, este bizcocho tiene muchas otras cosas buenas.
El yogurt es el ingrediente estrella de esta receta
Hay muchas recetas de bizcocho. Incluso hay una, la más básica, que sólo lleva huevos, harina y azúcar, pudiendo prescindirse del yogur. Sin embargo, resulta muy interesante utilizarlo, por varias razones.
En primer lugar, el formato comercial habitual de los yogures es el vasito de 125 ml. Si utilizamos ese mismo vasito como referencia para medir el resto de ingredientes, no necesitaremos balanza de cocina, y es tan fácil que hasta un niño puede hacerlo. Este bizcocho, al contrario que otros, siempre sale bien.
Por otra parte, el yogur por su textura aporta volumen y cremosidad a la masa, permite que se genere más estructura durante el batido y que el resultado final sea mucho más esponjoso y jugoso.
Además, incorporar un lácteo ácido como es el yogur permite que el bizcocho se conserve fresco más días…¡aunque está tan bueno que seguramente no durará mucho en tu casa cuando lo prepares!
Receta básica de bizcocho de yogur (bizcocho 1-2-3)
Ingredientes:
-6 huevos
-1 yogur natural (125 ml)
-1 medida del vasito de yogur de aceite
-2 medidas del vasito de yogur de azúcar
-3 medidas del vasito de yogur de harina
-1 cucharada sopera de levadura química (polvo para hornear, impulsor)
Preparación:
-Batir enérgicamente los huevos hasta que tomen un color amarillo claro y suban un poco.
-Añadir el yogur y el azúcar, seguir batiendo hasta integrar.
-Añadir el aceite y continuar batiendo enérgicamente.
-Por último, poner la harina junto con la levadura química en un colador o tamiz e incorporar a la masa la harina y polvo de hornear tamizados. Mezclar con varillas o espátula hasta que todos los ingredientes estén integrados y no queden grumos.
-Verter la masa en un molde enmantequillado y enharinado (o forrado de papel de hornear) y llevar al horno precalentado a 180 grados durante 45 minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
-Dejar enfriar totalmente antes de cortar o desmoldar.
Bizcocho de yogur. Foto cortesía de Madhur Repostería Sin Azúcar
Variantes del bizcocho de yogur
El yogur
Queda muy bien con un yogur de limón o de coco, porque le aportará sutilmente estos sabores al bizcocho. También puedes optar por la versión desnatada o incluso con frutas.
Si no tienes yogur normal, puedes usar yogur líquido, kéfir de leche o incluso leche; utiliza 125 ml igualmente, pero ten en cuenta que al ser más líquidos, puede que tengas que añadir un poco más del ingrediente seco, es decir, la harina.
El azúcar
El bizcocho de yogur sale siempre bien con azúcar normal, pero si quieres hacerlo más saludable puedes utilizar azúcar de caña integral, de coco, dátiles, sirope de agave…pero teniendo en cuenta que todas estas opciones tienen impacto en la glucemia sanguínea.
También puedes optar por endulzantes acalóricos, líquidos o en polvo. Si es líquido, ten en cuenta que serán apenas un par de cucharaditas, por lo que la masa no tendrá el mismo volumen y puede que debas modificar las proporciones de los ingredientes, añadiendo por ejemplo un poco más de harina o un huevo menos. Si el edulcorante es en polvo, puede ocupar el mismo volumen que el azúcar o quizá tenga el doble de poder endulzante, y en ese caso deberás utilizar la mitad.
Bizcocho de yogur con glaseado
El aceite
La opción que siempre funciona y que tiene un sabor totalmente neutro es el aceite de girasol. Sin embargo, si te gusta un toque más potente, puedes utilizar aceite de oliva. También puedes utilizar aceite de coco, que resiste bien el calor sin degradarse, o incluso mantequilla derretida o a punto de pomada, que dotará a tu bizcocho de un sabor y una textura celestiales.
La harina
La forma más fácil de obtener un bizcocho de yogur esponjoso con la clásica textura y sabor es utilizar harina blanca de trigo. Sin embargo, si quieres hacerlo más saludable, puedes optar por integral , o decantarte por otras harinas, como la de avena. En cualquier caso, al modificar este ingrediente, es muy probable que el bizcocho quede más denso y no tan esponjoso, debido a las diferentes características de las harinas.
El sabor
El bizcocho de yogur es, así sin más añadidos, exquisito. Sin embargo, puedes añadirle diferentes ingredientes para aromatizarlo. Queda realmente bien con ralladura de cítricos, pero también puedes usar vainilla, canela, chocolate en polvo…
La cocción
Como has visto en la receta básica, el bizcocho de yogur requiere un tiempo de cocción en el horno. Sin embargo, si no tienes horno o no quieres encenderlo, existe una alternativa para que no te quedes con las ganas de probar esta deliciosa receta. Puedes enmantequillar una cazuela alta con tapa y forrarla por la base y los bordes con papel de cocina, verter la mezcla y ponerla en la cocina a fuego medio-bajo durante 40 minutos, con la tapa. Cuando esté listo (compruébalo con un palillo), desmóldalo volteando la cazuela para que la parte más planita quede hacia arriba.
Usos y decoración del bizcocho de yogur
Una de las bondades de este delicioso bizcocho es que por su sabor neutro te puede servir como base para otras preparaciones de repostería, como tartas, tiramisú, etc. Simplemente córtalo en rebanadas u hornéalo en diferentes moldes, para obtener planchas más delgadas.
Si no lo vas a utilizar para otras recetas y lo quieres disfrutar tal cual, no suele ser necesario decorarlo porque suele quedar con un aspecto rústico muy apetecible, pero puedes espolvorearle un poco de azúcar glas por encima para darle el toque perfecto. Otra opción sería cubrirlo con un glaseado, o bañarlo en chocolate de cobertura.
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