La Anosmia es la pérdida del sentido del olfato. Esta pérdida es severa o total, es decir, que la persona que la presenta no es capaz de percibir ningún olor. La anosmia puede ser un problema por sí misma, pero mayormente es síntoma de algún otro problema de salud.
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IMPORTANCIA DEL OLFATO
El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los olores o las sustancias químicas que se encuentran suspendidas en el medio ambiente. Este sentido tiene importantes funciones, ya que detecta y evalúa el estado, tipo y calidad nutritiva de los alimentos; también contribuye a los cambios fisiológicos de la digestión; detecta peligros medioambientales como el humo, fuga de gas o humedad; tiene una importante influencia en la memoria sensorial, pues permite relacionar o evocar los olores con el recuerdo que representan; además de permitir relacionarse con el medio ambiente a través de los aromas.
Por lo tanto, cualquier pérdida en el sentido del olfato, aunque sea mínima, puede tener un efecto negativo en la calidad de vida de las personas. Asimismo, también puede ser una señal de alarma respecto a otros problemas de salud más graves.
EL GUSTO Y EL OLFATO
El olfato y el gusto forman parte de los sentidos químicos. Se les nombra de esta forma debido a que son sensibles a la estimulación química. El olfato juega un papel muy importante con relación al gusto, pues ambos sentidos interactúan entre sí, se complementan y funcionan de manera conjunta cuando comemos. El gusto es capaz de percibir cuatro sabores fundamentales: dulce, salado, ácido y amargo. Pero por sí mismo no es capaz de degustar una comida.
De esta forma, las personas que presentan anosmia suelen tener problemas para saborear la comida, lo que deriva a su vez en problemas alimenticios. Por ejemplo, es posible que el paciente, al no percibir los sabores de los alimentos, pierda el interés por comer y coma menos cantidad de la necesaria, hecho que se traduce en una falta de nutrientes y pérdida de peso. De igual forma, el paciente puede presentar retención de líquidos por añadir mucha sal o condimentos a la comida, como consecuencia de la pérdida en la percepción de sabores, poniéndolo en riesgo de sufrir hipertensión. Además, no se descartan las intoxicaciones al no poder detectar alimentos en mal estado o por ingerir productos erróneos.
TIPOS DE ANOSMIA Y SUS CAUSAS
Aunque es habitual que muchas personas pierdan parcialmente o vean disminuidos los sentidos del gusto y olfato a medida que envejecen, generalmente, la anosmia es causada por alguna lesión o problema de salud. Es por esto que se puede dividir en dos grandes tipos: congénita y adquirida.
ANOSMIA CONGÉNITA
Se trata de la pérdida del sentido del olfato desde el nacimiento. Esto es debido a que determinadas enfermedades genéticas impiden que se desarrollen ciertas placas a nivel cerebral, provocando que los nervios encargados de detectar las sustancias químicas en el aire y enviar las señales nerviosas al cerebro sean incapaces de determinar qué tipo de olor se percibe.
ANOSMIA ADQUIRIDA
La anosmia adquirida, a su vez, puede clasificarse en temporal o permanente.
TEMPORAL
Este tipo de anosmia es la más común de todas, pues se suele dar en la mayoría de los casos. Es temporal ya que se revierte una vez que desaparezca la causa. La anosmia temporal suele ser causada por problemas rinológicos o nasales, es decir, por la inflamación de la mucosa y por el aumento de la secreción del moco, también conocida como congestión nasal. Esto se debe a procesos inflamatorios, infecciosos o gripales:
- Resfriado
- Sinusitis
- Rinitis
- Virus
- Alergias estacionarias
Incluso, debido a un tabique nasal desviado, por el consumo de tabaco o por determinados medicamentos.
PERMANENTE
La anosmia puede ser permanente en los casos en que sea causada por un bloqueo en la nariz por la presencia de alguna masa o tumor; si la persona padece problemas en el sistema nervioso central, por ejemplo, principios en las enfermedades de Alzheimer, de Párkinson o esclerosis múltiple; o si ha sufrido de un accidente cerebrovascular, un traumatismo o una lesión cerebral. También se puede deber a la destrucción del epitelio olfativo debido al uso de medicamentos o por el uso de sustancias tóxicas como algunas drogas inaladas.
DIAGNÓSTICO
Si se tiene la sospecha de padecer anosmia, se debe acudir a un médico especialista que realizará un diagnóstico a partir del estudio del historial médico y familiar del paciente. Frecuentemente, se realiza un examen de la cabeza, cuello y nariz. También, es posible que se deban realizar exámenes olfativos o análisis de sangre para detectar carencias vitamínicas u otros trastornos. Además, en caso de ser necesario, se llevará a cabo una resonancia magnética o una tomografía computarizada para buscar posibles trastornos cerebrales, según sea el caso.
Por otro lado, si la anosmia es congénita, esta es más difícil de diagnosticar, ya que puede tomar tiempo para que el afectado se dé cuenta de su padecimiento.
TRATAMIENTO
Una vez realizado el diagnóstico, la anosmia puede ser reversible dependiendo de su causa. Así pues, el tratamiento adecuado para la anosmia dependerá de los factores que la hayan desarrollado.
Cuando es resultado de un proceso inflamatorio, infeccioso o gripal, como un resfriado o una sinusitis, la mejor solución es esperar a que la inflamación o infección nasal se resuelva por sí sola. Cuando mejore el paciente, este recuperará el sentido del olfato. Pues, en estos casos, la anosmia puede remitir por sí misma. Aunque, en casos difíciles, es posible tratarla con antiinflamatorios, antibióticos o con irrigación nasal.
En caso de que se trate de una obstrucción nasal crónica, es decir, que haya un bloqueo físico en la nariz por alguna masa o tumor que explique el deterioro del olfato, puede recomendarse una cirugía específica.
Pero, si se detecta que la anosmia es congénita o que se debe a alguna lesión o traumatismo, es posible que sea permanente. De igual forma, cuando la anosmia es causada por enfermedades neurológicas, no es recuperable el olfato. En estos casos, no se cuenta con una cura y no hay tratamiento para revertirlo. Sin embargo, es importante esta detección, para abordar esta condición que provocó la anosmia.
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