Si estás leyendo éste artículo es porque, de alguna manera, el Síndrome de Asperger ha llegado a tu vida.
Ya sea que alguien que conoces ha recibido el diagnóstico o esté en sospecha; bien porque tú mismo necesitas respuestas a la manera en que te sientes ante ciertas situaciones que has vivido. Tal vez sólo es porque has visto alguna nota de alguna personalidad que resulta tener una condición llamada «Asperger»; o porque un personaje, en una serie o película que te gustó, se identificaba con ese trastorno y tienes curiosidad por saber un poco más.
El punto es que lo has descubierto y con ello has abierto la puerta a un concepto que cambiará tu forma de ver a las personas: la neurodiversidad.
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¿Qué es el Síndrome de Asperger?
El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que afecta aspectos específicos de la conducta y pensamiento de las personas. Aunque parezca muy simple, puede resultar difícil entender lo que significa realmente. Vamos a analizar poco a poco de qué va.
El neurodesarrollo es el proceso a través del cual nuestro sistema nervioso se forma y adquiere información que nos permitirá ser personas autónomas y funcionales en la edad adulta. Al menos ese es el objetivo.
Sin embargo, el sistema nervioso humano es tan complejo que le toma un mínimo de 5 años, desde la concepción, el llegar a un nivel «aceptable» de desarrollo. De hecho, nuestro cerebro no termina de madurar sino hasta la edad adulta, debido a la gran cantidad y diversidad de las funciones que realiza. Y es que nuestro sistema nervioso controla desde las funciones básicas para la vida, como el latido de nuestro corazón o nuestra respiración; hasta las que se conocen como «funciones superiores de la mente», tales como el pensamiento, la memoria o las emociones.
Por lo tanto, hablar un trastorno del neurodesarrollo implica que una parte del proceso del desarrollo no se llevó a cabo de la manera que conocemos. Y eso se verá reflejado en la manera en que esa persona en particular puede interactuar con su entorno.
Reconociendo los signos del Síndrome de Asperger.
El Síndrome de Asperger fue identificado en el año 1944 por un pediatra austriaco, Hans Asperger. Él publicó un artículo donde describía las características de un grupo de niños que mostraban conductas que él definió como «Psicopatía autística de la infancia». Sin embargo fue hasta 1981 cuando una psiquiatra, Lorna Wing, lo investigó exhaustivamente (debido al diagnóstico de autismo en su propia hija) y sus estudios llevaron a una completa redefinición del mismo.
Ella fue la primera en referirse a este trastorno como «Síndrome de Asperger» y fue quien sentó las bases de los criterios para su diagnóstico. También gracias a sus estudios, el Síndrome de Asperger fue incluído dentro de los Trastornos del Espectro Autista; con el cual comparte características que se denominan «Triada de Wing» y que son fundamentales a la hora de identificarlo.
La Tríada de Wing y otros signos en el Sindrome de Asperger.
La triada de Wing nos dice que, en los Trastornos del Espectro Autista (dentro de los cuales se incluye el Síndrome de Asperger), las personas manifiestan alteraciones en 3 aspectos principales:
Los seres humanos somos seres sociales y nuestra mente se desarrolla para responder de manera adecuada a las señales sociales que percibimos en quienes nos rodean. Un bebé, por ejemplo, responde con una mueca de sonrisa a al gesto sonriente de su madre mucho antes de entender los conceptos de alegría o felicidad.
Sin embargo, una persona con Asperger puede tener dificultad para interactuar debido a muchos factores: hipersensibilidad a los estímulos (que le hacen difícil establecer contacto visual o evitar el contacto físico, por ejemplo), habilidades escasas para la percepción e interpretación del lenguaje no verbal (pueden tener dificultad para entender gestos o actitudes) o dificultad para «ponerse en los zapatos del otro» (no significa que no les importe lo que los demás piensan o sienten). Entre otras cosas.
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Trastornos de la comunicación verbal y no verbal.
Ya se mencionó que existe dificultad para interpretar el lenguaje no verbal y eso puede afectar la interacción social. Sin embargo, en cuanto al lenguaje verbal, también se presentan alteraciones. Es cierto que en el Síndrome de Asperger se considera que no es usual que exista un retraso en el desarrollo del lenguaje hablado; e incluso, puede adquirirse más temprano que en otros niños de edad semejante. No obstante, también es posible que se desarrolle más tarde.
La principal afectación consiste en que éste lenguaje suele ser extraño para los demás. Demasiado literal y concreto; a veces excesivamente correcto en las formas y haciendo uso de un amplio vocabulario. Es frecuente también que la entonación y el ritmo al hablar sean monótonos y que les resulte complicado seguir un ritmo normal de conversación (respetando los turnos para hablar). Todas esas características, sumadas al hecho de que sus intereses restringidos los impulsen a hablar principalmente de los temas que les apasionan (y que suelen dominar), hacen que muchas personas los tomen como sujetos pedantes o groseros. ¡Pero es sólo una cuestión de percepción!
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Ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa.
Una de las características del Síndrome de Asperger es la rigidez del pensamiento; misma que los lleva a tener intereses muy restringidos y específicos. Sin embargo, su interpretación de la información que guardan de esos intereses es literal y concreta; de tal forma que las metáforas, la ironía, las bromas y dobles sentidos que solemos encontrar en las conversaciones casuales, puedan resultarles confusas porque no pueden interpretarlas.
Pongamos el ejemplo de una niña que tiene un particular interés por los dinosaurios y un día escucha en un noticiero que hablan de un político, adulto mayor, refiriéndose a él como un «dinosaurio» por sus ideas poco actualizadas y adecuadas al mundo moderno. Si en ese momento ponen una imagen de él, para ella no tendría sentido que le dijeran «dinosaurio» porque ¡no se ve como uno de los que ella conoce!
Otro ejemplo sería el de un pequeño que colecciona figuras de acción de súper héroes. Ésto puede ser común en muchos niños de su edad, quienes seguramente desean tener esas figuras y se reunen a jugar recreando las escenas más emocionantes que ven en películas o dibujos animados. Sin embargo, no tienen ningún problema en incorporar elementos de otras historias; tal como lo hace Andy, el protagonista de las películas de Toy Story, quien improvisa sus juegos usando distintos personajes. El niño de nuestro ejemplo puede no tener interés en hacer dichas representaciones. Pero, si llega a realizarlas, puede hacerlas recreando el más mínimo detalle de las escenas que recuerda. Eso sí, sin incorporar otros elementos o personajes fuera del guión que está siguiendo en su mente.
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Otros signos.
Algunos especialistas también incluyen dentro de los elementos del diagnóstico la falta de habilidades motrices. Es frecuente observar cierta «torpeza» al realizar movimientos finos. Al igual que en el Trastorno de Espectro Autista, pueden existir posturas, movimientos y gestos que a los demás nos parezcan extraños, poco coordinados.
Otra característica es la aparente obsesión por seguir rutinas: usar el mismo estilo de ropa siempre, seguir una ruta en particular, desayunar lo mismo todos los días, etc. Esa forma inflexible del pensamiento los lleva a resistirse a los cambios y a tener escasa tolerancia a la frustración.
¿Cómo se lleva a cabo el diagnóstico de Síndrome de Asperger?
Hasta el momento, no existen pruebas médicas (análisis de laboratorio, electroencefalogramas, etc.) para establecer el diagnóstico del Síndrome de Asperger. Cuando se realizan este tipo de estudios, es con el objetivo de descartar que existan otras causas para los signos observados. Algunos tipos de epilepsia pueden afectar el desarrollo del lenguaje, por ejemplo. En otros casos, padecimientos en los ojos o en los pies pueden explicar la aparente torpeza.
El diagnóstico es clínico, se establece a través de la observación de la conducta de la persona y de la aplicación de diversas pruebas estandarizadas. Éstas pruebas evalúan los puntos de la Tríada de Wing a profundidad; entre otros aspectos. Quienes pueden diagnosticarlo son personal de salud especializado; habitualmente neurólogos o psiquiatras, e incluso algunos psicólogos con experiencia en el área.
El diagnóstico de Síndrome de Asperger, y de los Trastornos del Espectro Autista en general, suele ser difícil en los casos leves y depende mucho de las habilidades del evaluador. Y es que, en ocasiones, los signos son demasiados sutiles o la persona ha desarrollado excelentes habilidades adaptativas que «disfrazan» su condición. No es inusual que muchos sean diagnosticados ya siendo adultos, debido a que sus hijos también fueron diagnosticados.
En todo caso, un diagnóstico sólo es un punto de partida.
Puede evolucionar junto con la persona (sólo en cuanto a su grado de afectación) y no determina por sí mismo su futuro. Una persona con limitaciones severas al momento del diagnóstico puede superarlas en gran medida, con el apoyo adecuado. Mientras que una persona sin apoyo, por leves que sean sus afectaciones iniciales, puede encontrar serias dificultades para relacionarse y desarrollar otro tipo de trastornos; como la depresión.
¿Trastorno o enfermedad?
En el caso del Síndrome de Asperger, existe un desarrollo atípico del cerebro (trastorno del neurodesarrollo). Esto da lugar a que la persona tenga procesos mentales diferentes a los de otras personas de su misma edad y, por lo tanto, tenga conductas distintas.
Suele manifestarse en la infancia; pero sus efectos acompañarán a la persona durante toda la vida, en mayor o menor medida. Todo depende de las intervenciones que se realicen para apoyarles en su adaptación al entorno. De ahí que el Síndrome de Asperger, y los trastornos del neurodesarrollo en general, no deberían considerarse «enfermedades». Si bien implican un grado de afectación del funcionamiento «normal» o esperado de la persona; hasta ahora no existe un tratamiento para ese desarrollo atípico. El Síndrome de Asperger no se puede «prevenir», ni «curar» ni, mucho menos, «revertir».
Las causas de éste trastorno no están del todo claras, aunque se considera que son factores genéticos los que «programan» un desarrollo diferente del cerebro. Es común encontrar varios casos dentro de una misma familia, aunque no todos son afectados de la misma manera y por ello no son diagnosticados.
¿Cómo apoyar a una persona diagnosticada con Síndrome de Asperger?
Como ya se mencionó, cada persona con este trastorno es diferente y la forma de conducirse con ellos es única… ¡como los somos todos, en general! Sin embargo, la detección oportuna de las necesidades particulares de apoyo que requieren es muy importante. Una intervención temprana y adecuada puede marcar una gran diferencia en el desarrollo de la persona.
Cuando el trastorno es diagnosticado de manera temprana, los padres pueden buscar apoyo de especialistas en las áreas que representan mayores retos para los niños. Terapias de lenguaje o terapias ocupacionales que les ayuden a mejorar sus funciones ejecutivas (las que nos regulan en las actividades cotidianas) pueden ser de utilidad.
Además de las terapias,que son útiles y necesarias, es la aceptacion social de la diversidad lo que permite a los individuos tener plenitud. Aun persiste la idea de que el Asperger es la versión «genio» del autismo, y que motivándolos a lograr éxitos académicos es la mejor manera de apoyarlos. Sin embargo, también son muy susceptibles a los trastornos de ansiedad y depresión, derivados de sus dificultades sociales. Recibir adecuado soporte emocional y psicológico es muy importante para ellos y sus familiares.
Conclusión.
En realidad, el Síndrome de Asperger puede incluir muchas más características de las que aquí se mencionan, algunas con mayor grado de afectación que otras. También puede acompañarse de otros trastornos, como epilepsia o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, por ejemplo; las combinaciones posibles son muchas. Conocer a una persona con Trastorno del Espectro Autista, no significa conocer todo el espectro sino sólo cómo se manifiesta en esa única persona. Y en el caso del Síndrome de Asperger es igual.
Actualmente se habla de que es el entorno el que puede ser causa de discapacidad en la persona, pues ciertas condiciones pueden ser limitantes para su pleno desarrollo. Cada vez más empresas empiezan a valorar las cualidades potenciales de individuos con Síndrome de Asperger. Su capacidad para concentrarse en un tema y su atención al detalle los convierte en excelentes trabajadores para labores especializadas. Quizá su fuerte no sean las relaciones públicas, pero eso no significa que no puedan realizar otro tipo de actividades.
Si tienes oportunidad de convivir con una persona con Síndrome de Asperger, lo mejor es que le preguntes directamente cómo debes tratarle y evalúa qué puedes hacer para lograr una mejor convivencia. Tal vez te sorprendas al descubrir que tu compañía le es agradable aunque no implique un contacto fisico o visual. Practica la empatía y trata de entender cómo es que esa persona en particular percibe el mundo. ¡No olvides que también es el suyo!
Tener formas de pensamiento que son diferentes no significa que sean menos valiosas o útiles.
Al fin y al cabo, han sido las cosas originales las que nos han permitido evolucionar como especie.
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2 Comentarios
Excelente articulo
Muy buen artículo, felicidades y es cierto que muchas veces no detectamos a temprana edad algunas de las características del comportamiento de los hijos y nos damos cuenta cuando hay evidencia que ya se tiene ese trastorno y que confundimos con otra condición.