Como cada lunes, Álex coge el coche para ir al trabajo. Toma siempre la misma ruta, aunque no sea la adecuada. Hoy recuerda aquél día en que tuvo que tomar el camino alternativo y eso le provoca ansiedad. Llega finalmente media hora antes, como suele ser costumbre en él. El trastorno obsesivo compulsivo empieza a interferir en sus pensamientos y su conducta.
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Y empieza el ritual de acciones…
- Da dos toques al espejo interior.
- Se santigua cinco veces. Ni una más ni una menos.
- Sale del coche, tocando el suelo con su pie izquierdo. Nunca el derecho, ya que si lo hiciera probablemente ocurriría algo malo.
- Cierra la puerta y da ocho hacia la izquierda. Oye el pitido de aviso del coche al cerrarse.
- Lo observa detenidamente y vuelve atrás para asegurarse de que se ha cerrado bien.
- Da dos vueltas alrededor del vehículo y camina hacia el lugar de trabajo.
Seguidamente se dirige hacia el servicio. De su mochila saca un limpiador bactericida y lo pasa por la tapa del retrete, el pomo de la puerta y la pared. Frota con papel higiénico para limpiar y repite el proceso un número indeterminado de veces. Termina saliendo del baño y entra en la oficina. Había salido de casa con tiempo de sobra. Treinta minutos que se han transformado en cuarenta, por lo que probablemente vuelva a ser amonestado al fichar tarde.
Pues bien, este puede ser un ejemplo real de una persona que sufra el trastorno obsesivo compulsivo. ¿Queréis saber más sobre el tema? Acompañadme entonces y lo descubrimos.
¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) formaba parte de los trastornos de ansiedad hasta la llegada del DSM V, en que constituyen una entidad separada de dichos trastornos e incluida dentro del espectro obsesivo. En él, la persona experimenta ideas irracionales, recurrentes y angustiosas denominadas obsesiones, a las que intenta poner fin mediante conductas o rituales denominados compulsiones. Los componentes principales del trastorno son:
- Obsesiones: Representan el componente cognitivo del trastorno. Son ideas de carácter involuntario que la persona experimenta como una invasión en su conciencia que le genera malestar. Ejemplos: Pensar que las manos están contaminadas, angustiarse de forma excesiva por el aparente desorden de su mesa de trabajo, miedo a deshacerse de objetos sin ningún tipo de valor económico o material por si en un futuro pudiera necesitarlos, etc.
- Compulsiones: Constituyen el elemento conductual del TOC. Son acciones generalmente exteriorizadas que lleva a cabo a la persona ante la obsesión, destinadas a poner fin al malestar. Si bien es cierto que en la mayoría de situaciones las compulsiones son actos visibles como no pisar las líneas de las baldosas, repetir el lavado de manos un número incontable de veces o revisar que el coche esté correctamente cerrado, podemos hablar de compulsiones encubiertas o mentales, en las cuales la conducta que se lleva a cabo no se exterioriza. Un ejemplo de este tipo sería repetir una palabra o frase continuamente en su cabeza.
Características del trastorno
Existen algunos aspectos que nos ayudan a identificar mejor el trastorno obsesivo compulsivo:
- El trastorno es altamente incapacitante para la persona. Puede privarla en acciones cotidianas como el trabajo, las relaciones con familiares y amigos, hacer la compra, etc.
- La persona se resiste a las obsesiones y lucha contra ellas, si bien se ha demostrado recientemente que ante un TOC cronificado en el tiempo, esa resistencia puede ser escasa e incluso nula.
- En la gran mayoría de casos, el individuo tiene conciencia de enfermedad, es decir, reconoce que tiene un problema que le afecta.
- Muchas obsesiones tienen un carácter absurdo o irracional. Por ejemplo, tener que volver a casa porque el hecho de haberse dejado la luz de la habitación encendida puede llevar a que se produzca un incendio.
- El trastorno puede provocar dificultades en el día a día. Por ejemplo, llegar tarde a casa por sentirse obligado a escoger la ruta más concurrida, cuando hay otra más adecuada. Se altera la vida de la persona en un sentido negativo.
- Existe un reconocimiento de las obsesiones como algo irracional o absurdo y por tanto carente de sentido.
Historia del trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
Varios autores han contribuido en el descubrimiento, clasificación y definición del trastorno. Os señalo los autores y eventos más significativos:
- Morel (1866) describe las obsesiones en su obra Délire Emotiv.
- Esquirol (1938) redactó el primer informe de un paciente con los síntomas del trastorno. Introdujo el término «monomanía» como la «obsesión por una idea determinada con carácter recurrente».
- Westphal (1877): expone por primera vez la lucha y obsesión que experimenta la persona al luchar por unas ideas recurrentes e irracionales que golpean en su mente y que considera irracionales.
- Janet: Publica en 1903 su obra «Las obsesiones y la psicastenia». La psicastenia podría definirse como «debilidad del alma» y refiere a las fobias, obsesiones y angustia que experimenta la persona.
- Schneider (1925) habla sobre el aspecto compulsivo del trastorno. Al igual que Westphal, también expone la irracionalidad de los pensamientos que conlleva el trastorno.
- Lewis (1933) apoya el carácter compulsivo de la patología, así como la resistencia de la persona ante la obsesión enfermiza.
En el DSM IV TR (Manual de consulta y diagnóstico sobre trastornos), el trastorno obsesivo compulsivo se entiende como un trastorno de ansiedad. Esto ha cambiado en la nueva versión del manual (DSM V) donde forma parte de un grupo independiente, en concreto, del espectro obsesivo compulsivo.
Clasificaciones del trastorno obsesivo compulsivo
No existe un solo tipo de clasificación mayoritariamente aceptada. Voy a tratar de resumirlo de la forma más clara posible,
Obsesiones:
- De contaminación: Preocupación por estar sucio, contaminarse o padecer una enfermedad por falta de higiene.
- Agresivas: Temor a hacer daño a los demás o a sí mismo. Se caracteriza por ideas recurrentes de episodios violentos protagonizados por la persona hacia familiares, amigos o desconocidos.
- Simetría y precisión: Necesidad imperiosa de ordenar las cosas de un modo determinado. Puede surgir una ansiedad desmesurada cuando no es así. Por ejemplo, ordenar los útiles de la oficina por colores o los libros de la estantería por orden alfabético.
- Relacionadas con desastres: Miedo o temor a sufrir un desastre natural o un accidente. Por ejemplo, no salir nunca en días de lluvia por miedo a que un rayo nos impacte, aunque eso impida llegar a casa, al trabajo a cualquier lugar donde tengamos la necesidad u obligación de acudir.
- Religiosas: sentimiento de culpabilidad extrema y de rendir por tanto cuentas a una deidad por acciones que pueden ser consideradas leves o incluso inexistentes por parte de una persona externa. Se da particularmente en individuos con una moralidad muy rígida y una personalidad altamente religiosa.
- Sexuales: pensamientos o imágenes sobre conductas sexuales aberrantes, inmorales o simplemente desagradables para la persona.
Compulsiones:
El aspecto más destacable de la compulsión es el de reducir la ansiedad o el malestar desencadenado mayoritariamente por la obsesión. Por otra parte, como os he comentado anteriormente, autores como Kazak nos hablan del subtipo de compulsiones dividido entre encubiertas o mentales y manifiestas. Puede darse en la persona una o más compulsiones de forma simultánea y las más frecuentes son:
- Compulsiones de limpieza o lavado: Aproximadamente responden al 51% del total de compulsiones existentes (Marks, De Silva y Rachman, 1992). Son más frecuentes en mujeres que en hombres. En estas compulsiones, ante un temor a la suciedad, contaminación y posible enfermedad, la persona reacciona con un ritual de limpieza minucioso, exagerado y prolongado. Ese temor suele estar marcado por la irracionalidad y el «foco de suciedad» puede existir tanto en el exterior, por ejemplo en forma de un suelo que no está perfectamente desinfectado o en el interior de la misma persona. En este último caso, la persona puede sentir miedo de contaminarse simplemente al hacer sus necesidades.
- Compulsiones de repetición: Aproximadamente un 40% de los casos totales. Freud fue el primer autor en hablar de ellas. Se caracterizan por un impulso de la persona para repetir unos pensamientos, números o palabras a fin de reducir o concluir una situación desagradable. Por ejemplo, el individuo que al ver un gato negro repite una secuencia de números con el objetivo de no tener mala suerte por haberse cruzado con el felino.
- Compulsiones de comprobación: Es más frecuente en hombres que en mujeres y suponen cerca del 38% de casos totales. Se realiza una comprobación minuciosa, reiterada y prolongada de cualquier tipo de situación. Por ejemplo, revisar varias veces que el coche esté cerrado, volver a casa y comprobar repetidamente que la llave del gas esté cerrada, revisar que la cerradura de casa funcione bien, etc.
- Rituales de orden: Ante la ansiedad producida al comprobar que los objetos no están colocados de una forma específica, se desencadena el comportamiento compulsivo de ordenarlos de un modo determinado. Si bien es una de las compulsiones más populares del TOC, no suponen más allá del 9% sobre el total de compulsiones.
- Rituales de acumulación: Su existencia es prácticamente residual, ya que apenas se dan en el 2% de los casos. La persona se caracteriza por acumular objetos de escaso valor y utilidad y le cuesta desprenderse de ellos. Es importante señalaros que a partir del DSM-V, se ha especificado el trastorno de acumulación, separándolo por tanto del TOC.
Tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo
Lamentablemente, tengo que deciros que no existe cura a día de hoy para el TOC. Sin embargo, es posible controlar los síntomas y sobre todo, anticiparse a las situaciones que puedan desencadenar el trastorno. Os hablaré brevemente de las dos vías que son complementarias:
- Psicoterapia: El tratamiento cognitivo conductual ha demostrado ser el más adecuado. Se suele utilizar la técnica de exposición con prevención de respuesta (EPR) principalmente.
- Medicación: Se suelen utilizar antidepresivos en primera línea del tratamiento farmacológico para controlar los componentes cognitivos (obsesiones) y conductuales (compulsiones). Algunos fármacos utilizados son: sertralina, paroxetina, fluvoxamina o fluoxetina.
A continuación os facilito un vídeo muy breve y didáctico donde una persona con TOC cuenta su experiencia con este trastorno:
Conclusión y cierre
El trastorno obsesivo compulsivo es altamente incapacitante para la persona y aún incomprendido por la sociedad. Considero que no se le ha dado la visualización adecuada del problema para ayudar a comprender mejor a quienes lo padecen. Tiene que ser muy duro y muy triste en mi opinión que la persona, que ya de por sí libra una dura batalla por el asedio de sus obsesiones, aún tenga que librar la compuesta por la incomprensión del mundo exterior.
Por otra parte, se espera descubrir en un futuro las bases genéticas del trastorno que a buen seguro proporcionará herramientas más útiles si cabe para su detección temprana y posterior tratamiento.
Espero que os haya resultado interesante. Si tenéis dudas o sugerencias, comentad lo que queráis. Nos vemos la semana que viene. Un abrazo.
Para saber más:
Álvarez, N.. (2016). Trastorno obsesivo compulsivo. diciembre 21, 2019, de Tratamiento TOC Madrid Sitio web: https://www.tratamientotoc.es/
Belloch, A., Sandín, B. & Ramos, F. (2009). Trastornos del estado de ánimo: Aspectos clínicos. En Manual de psicopatología (Vol II) (650). Madrid: Editorial McGraw Hill.
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1 Comenta
Buen articulo, completisimo