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Dolores de espalda
Los dolores de espalda son un sufrimiento más común de lo que creemos, sobretodo en la vida adulta. Afectando a aproximadamente 8 de cada 10 personas lo vuelve una de las principales causas de consulta médica.
Es por esto que en a continuación te explicamos más sobre este problema. Desde sus causas hasta los tipos y formas de aliviarlo. Continúa leyendo ya que puede ser de gran utilidad para ti.
Esta molestia es una de las más comunes en todos el mundo. En Estados Unidos, es la primer causa de baja laboral, y una de las principales en algunos países Europeos.
Además, es la tercer causa de gasto médico en países occidentales.
Debido a los datos anteriores es importante conocer toda la información necesaria en caso de presentar dolores de espalda.
Tipos de dolores de espalda
Antes de comenzar debemos aclarar que existen dos tipos de dolor de espalda, dependiendo de su duración:
- El primero de ellos es el agudo, este tipo de dolor aparece repentinamente. Suele durar algunos días, incluso pocas semanas.
- El segundo tipo de dolor es el crónico. En este caso el dolor tendrá una duración de varios meses.
De acuerdo al tipo de dolor, pueden clasificarse es:
- Sordo
- Constante
- Súbito
En los tres casos la intensidad puede ser leve, moderada o elevada.
Causas de los dolores de espalda
Las causas más comunes por las que se presenta el dolor de espalda son muy variadas. Pueden ser desde cáidas, mala postura, hasta problemas óseos.
Las principales son:
- Caídas
- Levantamiento incorrecto de objetos muy pesados
- Mala postura
- Presión en los músculos o en los ligamentos, este puede estar relacionado con el levantamiento de objetos muy pesados.
- Artritis, en este caso las articulaciones se inflaman. Se puede presentar rigidez y dolor principalmente en la zona lumbar.
- Osteoporosis, principalmente hay riesgos de fracturas ya que los huesos son más frágiles.
- Escoliosis, esto quiere decir que se presentan irregularidades o curvaturas en la columna vertebral.
- Hernia de disco, los discos son conocidos como los amortiguadores que están entre los huesos. Al romperse uno de estos puede ejercer presión sobre los nervios y provocar dolor.
Factores de riesgo
Al igual que en las enfermedades u otros padecimientos, existen características que nos vuelven más propensos a presentarlas. Estas se dividen en aquellas que son inevitables o no podemos modificar, y las que son parte de rutinas o hábitos que pueden ser modificadas.
Aquellos factores que podemos modificar son:
- Falta de ejercicio. El fortalecimiento de los músculos ayudará a que existen menos probabilidades de presentar problemas óseos en edades avanzadas.
- Exceso de peso. Tener un peso saludable siempre evitará que se presenten un gran número de enfermedades. Del mismo modo ayudará a que existan menos complicaciones. En este caso, una carga de peso mayor afectará tanto al sistema óseo como al muscular.
- Levantar objetos incorrectamente. Normalmente solemos utilizar la espalda para cargar el peso al levantar algo. Sin embargo debe realizarse con apoyo de las piernas y el abdomen.
- Tabaquismo. El consumo excesivo de tabaco provocará que haya un menor flujo de sangre en la parte inferior de la columna vertebral. Lo anterior tendrá como consecuencia un menos aporte de nutrientes en la misma
Asimismo existen factores de riesgo que no pueden modificarse, como lo son:
- Edad. El dolor de espalda se presenta más comúnmente en personas de edad avanzada.
- Condiciones psicológicas. Algunos estudios han indicado que personas que presentan o han presentado depresión o ansiedad tienden a padecer dolores de espalda.
- Caídas. A pesar de ser una causa, no necesariamente se presentarán dolores de espalda cada vez que haya una caída. Por lo que lo vuelve también un factor de riesgo.
Síntomas
Los síntomas más comunes, en casos no graves son:
- Dolor de cualquier tipo, de baja a media intensidad, en los músculos
- Dolor que irradia hacia la pierna
- Rigidez muscular
- Dolor que mejora al recostarse
- Dolor que empeora al caminar, levantarse o flexionarse
Algunos síntomas más graves son:
- Pérdida de control de esfínteres, vejiga o intestinos
- Hormigueo o sensación de entumecimiento en extremidades, abdomen y/o el pecho
- Debilidad en las extremidades.
Prevención de los dolores de espalda
Si ya has presentado esta molestia y quieres evitarla de nuevo, o si eres de los afortunados que aún no ha sentidos dolores de espalda y quieres evitarlos, debes seguir los siguientes consejos.
Principalmente es necesario fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen. Estos músculos son los encargados de ayudar con la carga el cuerpo.
Para lograr esto es necesario que realices lo siguiente:
- Hacer ejercicio. No es lo mismo ejercicio que actividad física. La actividad física es la que realizas día a día, en cada una de las actividades cotidianas. El ejercicio es aquel que supone un esfuerzo mayor. Es necesario practicar regularmente ejercicio aeróbico de bajo impacto, en las que no se ejerza presión sobre la espalda.
- Mantener un peso saludable.
- No fumar o dejar de hacerlo
- Mantener una postura correcta, tanto al estar sentado, al caminar y al levantarse. Es importante utilizar en la medida de lo posible asientos ergonómicos. Estos permitirán que la espalda adopte una posición adecuada para evitar estar encorvados.
- Levantar objetos de manera correcta. Es necesario utilizar la fuerza de las piernas y el abdomen para evitar lesiones en la espalda.
Cuándo ir al médico
Los dolores de espalda suelen ser muy comunes y por lo general no se busca atención médica. Si son dolores leves y de poca duración, pueden ser tratados en casa. Siguiendo algunas de las recomendaciones anteriores puede calmar o eliminar por completo las molestias.
Sin embargo, si el dolor persiste o aumenta por algunas semanas es necesario acudir a revisión médíca.
Si además de la persistencia del dolor, éste se acompaña de los siguientes factores, debe acudirse al médico:
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Náuseas
- Visión borrosa
- Fiebre
- Problemas intestinales
- Se extiende a las piernas
- Adormecimiento de extremidades
Es importante mencionar que a pesar de los factores de riesgo, cualquier persona puede presentar dolores de espalda. Sin embargo es necesario modificar hábitos que pueden ser factores de riesgo, más aún si tenemos alguno de los que no pueden ser modificados.
Recuerda siempre acudir con un profesional para atender cualquier molestia o dolor irregular o desconocido que se llegue a sentir para evitar complicaciones.
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