El Síndrome de las Piernas Inquietas es una enfermedad neurológica que causa una urgencia incontrolable de mover las piernas, debido a una sensación de incomodidad. Esta afección suele ocurrir por las tardes o noches y en situaciones de reposo o inmovilidad. Es decir, la persona afectada por este síndrome tiene la necesidad de permanecer en movimiento: caminando, frotándose las piernas o dándose masajes, pues el movimiento alivia temporalmente la sensación desagradable que se presenta.
Se estima que uno de cada cuatro pacientes que tienen problemas de insomnio crónico presenta, en realidad, este síndrome.
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TRASTORNO NEURONAL
Por tratarse de un trastorno neuronal, este síndrome no es en sí un problema de las piernas, sino un problema del cerebro y de su control en la movilidad, pues esta afección es causada por fallas en ciertas neuronas del cerebro.
El cerebro se encuentra unido a la médula espinal, que es el cordón que permite mandar los impulsos de las neuronas al resto del cuerpo. Esta alteración en el funcionamiento del cerebro consta de fallas en ciertas neuronas, que resultan en estímulos mandados a los nervios de las piernas, produciendo esta sensación molesta cuando se está en reposo. Es por ello que el paciente tiene el impulso incontrolable de moverse para calmar este malestar.
Este síndrome forma parte de los trastornos del movimiento y se ha clasificado en dos tipos: primario y secundario.
- Se considera del tipo primario cuando la enfermedad es en sí misma. En estos casos, se necesita estar tratando los síntomas constantemente y se debe estar monitoreando y regulando de forma permanente a los pacientes.
- Se considera del tipo secundario si el síndrome surge como consecuencia de alguna otra enfermedad, por ejemplo, la diabetes, la insuficiencia renal o la insuficiencia venosa. En estos casos, se debe tratar la enfermedad primaria, para que en consecuencia el síndrome no se presente más.
SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
Este trastorno se caracteriza clínicamente porque el paciente siente la necesidad intensa de mover las piernas debido a una sensación molesta, que generalmente se manifiesta por las tardes o por las noches al intentar conciliar el sueño o al estar en reposo. Esta sensación molesta ocurre más bien dentro de las extremidades que sobre la piel y los pacientes la pueden describir como:
- Cosquilleo, hormigueo, adormecimiento o dolor.
- Palpitaciones, calambres o picazón.
- Sensación de descargas eléctricas.
- Espasmos o sacudidas involuntarias.
- Dificultad para estar sentado o relajado.
- Necesidad urgente de mover las piernas, acompañada de una sensación incómoda en las extremidades.
- Necesidad de movimiento justo cuando se inician periodos de descanso o inactividad.
Es frecuente que los síntomas varíen en intensidad. Además, esta sensación disminuye temporalmente gracias al movimiento: al caminar, masajear o hacer estiramientos. Los síntomas pueden desaparecer por periodos de tiempo, pero es común que vuelvan a aparecer con posterioridad.
CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO
En la actualidad, no se conoce con certeza la causa desencadenante del Síndrome de las Piernas Inquietas. Sin embargo, los doctores sospechan que esta afección puede deberse a un desequilibrio de la dopamina, una sustancia química del cerebro que envía mensajes para controlar el movimiento de los músculos. Además, este síndrome es un trastorno sensitivo-motor que se produce en personas con determinados factores predisponentes y que comúnmente empeora con la edad.
Entre los factores que lo propician encontramos:
- Factores hereditarios o trasmisión genética: Muchos de estos pacientes tienen familiares directos, padres o hermanos, con el mismo síndrome.
- Sexo: Esta afección es más recuente en mujeres que en hombres.
- Edad: El síndrome es más frecuente después de los 30 o 40 años.
- Cambios hormonales, por ejemplo, por el embarazo.
- Uso de ciertos fármacos.
También, hay enfermedades que se asocian a este síndrome, por ejemplo:
- Déficit de hierro o anemia.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Insuficiencia renal.
- Neuropatía periférica, debida a enfermedades crónicas como la diabetes o el alcoholismo.
- Lesiones en la médula espinal.
DIAGNÓSTICO
La forma de diagnosticar este síndrome suele ser de manera clínica, como se hace con prácticamente todos los padecimientos en medicina. A través de una entrevista con el paciente y a partir de los síntomas descritos por este se debe llegar a la sospecha de esta afección. Para esto, se deben haber excluido otras posibles causas para el dolor en las piernas.
Una vez establecida la sospecha de presentar el Síndrome de Piernas Inquietas, es común realizar estudios en los niveles de ferritina, para revisar el déficit de hierro; un perfil tiroideo y, en casos dudosos, una polisomnografía. La polisomnografía es un estudio del sueño que se realiza en un laboratorio de sueño. En este estudio se monitoriza el cerebro del paciente y sus movimientos corporales mientras duerme.
TRATAMIENTO PARA EL SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
El Síndrome de Piernas Inquietas no es un trastorno que se pueda curar, sino que puede remitir por sí mismo, pero es posible su reaparición al poco tiempo.
El tratamiento que se da a los síntomas suele ser crónico e indefinido, es principalmente de tipo farmacológico y se maneja según la sintomatología del paciente. Comúnmente, la condición del paciente llega a mejorar al aumentar los niveles de hierro. Además, no es raro que la medicación coincida con los enfermos de Parkinson, los epilépticos o aquellos que sufren anemia.
Estudios demuestran que la administración de hierro intravenoso permite a un 30% de los pacientes que los síntomas desaparezcan completamente durante periodos de hasta 3 años. En un 20% adicional, los síntomas no desaparecen por completo en los pacientes, pero son debilitados sustancialmente. Y en un 50% de los casos se consigue una mejoría de la enfermedad en general.
En un sentido no farmacológico, el autocuidado y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aliviar los síntomas. Ejemplo de esto es:
- Hacer ejercicio principalmente por las mañanas.
- Tener un buen hábito de sueño, con cierto horario y rutina.
- Reducir el consumo de café, tabaco y alcohol.
COMPLICACIONES
Si bien este síndrome no es una enfermedad mortal, si afecta la calidad de vida del paciente. El Síndrome de las Piernas Inquietas, por su condición, causa dificultades para dormir o permanecer dormido, interfiriendo en el sueño del paciente y causando somnolencia durante el día.
De igual forma, cuando el sueño se ve afectado, es común que el paciente comience a tener otra serie de problemas, como ansiedad, irritabilidad o incluso depresión. Entonces, es posible que la salud mental se vea afectada de manera global.
Además de una mala calidad de vida debido al poco sueño, también pueden existir consecuencias cardiovasculares como la hipertensión.
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