Si hablamos de macrobiótica, solemos pensar únicamente en alimentación. Sin embargo, muchas personas desconocen en qué consiste. Mucho menos, si nos referimos a sus beneficios para nuestra salud.
La macrobiótica va más allá de la salud física. De hecho, pretende alcanzar nuestra armonía interior. En realidad, es toda una filosofía de vida. Se fundamenta en la búsqueda del equilibrio físico, emocional y espiritual.
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Origen y filosofía de la macrobiótica
Su origen data del siglo XX en Japón. Su creador fue el escritor George Ohsawa. Él fue el fundador de la primera escuela de macrobiótica en Tokio. Gracias a él, sus discípulos divulgaron su filosfía al resto del mundo.
La alimentación macrobiótica ha demostrado numerosos beneficios desde sus inicios. Hay quienes, incluso, le atribuyen efectos curativos. De hecho, el objetivo principal de la dieta macrobiótica es la prevención y curación de enfermedades. La macrobiótica concibe las enfermedades como mecanismos de defensa. Nuestro organismo compensa así nuestra mala alimentación y la mala asimilación de los alimentos. Su filosofía se basa en el principio oriental del yin y el yang. Ésta teoría taoísta defiende que ambas energías deben complementarse para conseguir la armonía. Y ambas están presentes en mayor o menor grado en los alimentos. Éstos son los que permiten el movimiento de nuestro cuerpo y mente.
La dieta macrobiótica no prohíbe ningún alimento, aunque sí los limita. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no es una dieta vegetariana. No obstante, sí se basa en alimentos de origen vegetal.
El yin y el yang en la macrobiótica
Ambas representan fuerzas naturales opuestas. Sin embargo, se complementan entre ellas. Esta filosofía defiende la unión de los opuestos para conseguir el equilibrio.
«Yin» significa expansión en mandarín. «Yang», por el contrario, significa contracción. La representación de ambos polos se traslada al cuerpo humano. Si ambos están en equilibrio, se mantiene el estado de salud. La filosofía macrobiótica defiende alcanzar este equlibrio energético. Sus herramientas son los alimentos y un estilo de vida naturales.
Estas son algunas cualidades asociadas a cada plano energético:
- cualidades Yin: pasividad,relajación, frío, suave, femenino, ligero, expansivo, grande, dulce, agrio, potasio
- cualidades Yang: luz, calor, exceso, masculino, activo, contractivo, astringente, pesado, salado, amargo, pequeño
Bases de la dieta macrobiótica
Al igual que cualquier dieta saludable, la macrobiótica rechaza el consumo de ciertos alimentos. Especialmente aquellos envasados o procesados, por no considerarlos naturales. También prioriza alimentos de origen vegetal. Éstos se consideran alimentos «vivos». Las proteínas de origen animal están permitidas, pero en pequeñas cantidades. Al igual que cualquier dieta saludable, la macrobiótica reduce los azúcares y las grasas de origen animal. Por ello suele ser habitual la pérdida de peso.
La base de esta alimentación son: cereales, legumbres, vegetales, frutos, algas, semillas y proteínas. Por tanto, no debe considerarse una dieta restrictiva. Sin embargo, todos los alimentos deben ser integrales y de cultivo biológico.
La macrobiótica puede parecer, de entrada, una dieta bastante limitada. Sin embargo, en realidad es realmente flexible. Se adapta a cada persona, clima y estación.
El yin y el yang en las personas
Las personas también son diferentes según su energía. Si existe exceso de yin o de yang se produce un desequilibrio. Estos desequilibrios pueden traducirse en enfermedades , pero también en emociones negativas. A su vez, las emociones también se asocian a cada órgano del organismo. Por tanto, su estado puede determinar la necesidad de compensar un exceso o deficiencia de energía yin o yang. La combinación equilibrada de alimentos puede compensar estos desajustes. Por este motivo, es importante conocer qué energía predominante aporta cada uno de ellos.
Para valorar la energía predominante en los alimentos, se tienen en cuenta diversos factores: naturaleza, color, sabor o textura. La macrobiótica trata de combinarlos adecuadamente para conseguir el balance energético. Para ello, también tiene en cuenta las propiedades yin o yang de cada órgano del cuerpo.
Las emociones, por su parte, también son yin o yang. Cada una se asocia a diferentes órganos del cuerpo. Según sea su estado de salud, podrán tratarse las emociones que afectan a dicho órgano.
Órganos yin y yang
Según la macrobiótica, los órganos de nuestro cuerpo también presentan un tipo de energía predominante. Concretamente, hace la siguiente clasificación:
- Órganos yin: intestino grueso y delgado, vejiga, estómago y vesícula biliar.
- Órganos yang: pulmones, corazón, riñones, páncreas, bazo e hígado.
Alimentación macrobiótica equilibrada
La dieta macrobiótica intenta evitar los extremos. Es decir, intenta evitar el consumo excesivo de alimentos yin o yang. Por ello, en su rango de clasificación también existen alimentos neutros. Estos son los que aportan ambas energías de manera equilibrada. Entre ellos, están: cereales integrales, semillas, legumbres y algunas verduras.
No obstante, la alimentación debe tener en cuenta otros factores inherentes a la propia persona. También es necesario adaptarla a la estación y al clima. El invierno, por ejemplo, es yin. De ahí que se dé preferencia a alimentos yang para aportar calor y fuerza. Por el contrario, el verano es yang. En esta época del año es preferible consumir alimentos yin, que son más ricos en agua.
El yin y el yang y los cinco elementos
Ohsawa estableció una serie de leyes universales para explicar su filosofía. Los principios del yin y el yang también se representan en los cinco elementos. Esta teoría china asocia cada elemento natural con un punto cardinal. A su vez, también están ligados a un órgano del cuerpo. Establecen el chi humano, como el cuerpo energético donde conviven estos cinco elementos.
Esta ley universal explica que un órgano dañado pueda afectar a otro. Su interacción dependerá de la influencia de ese elemento respecto al resto. Por ejemplo, el fuego y la madera, el agua y la tierra, etc.. Cada uno puede afectar la energía del otro según su propia naturaleza.
Las siete condiciones de la salud
Otro de los principios universales defendidos por la macrobiótica. Se basa en analizar siete condiciones de salud. Todas se consideran básicas para mantener un buen estado de salud. Son las siguientes:
- Ausencia de fatiga
- Buen apetito
- Sueño reparador
- Buena memoria
- Buen humor
- Rapidez de juicio
- Sentido de la injusticia
La deficiencia de alguna de ellas indicaría la necesidad de revisar nuestra alimentación y hábitos de vida.
Conclusiones
Nutricionistas a nivel mundial coinciden en que la dieta macrobiótica es saludable. No obstante, como cualquier otra pauta alimentaria, debe estar bien planificada y adaptarse a las necesidades y gustos de cada individuo. De esta manera, evitaremos deficiencias nutricionales y otros problemas de salud.
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