Cuando pensamos en el coaching nutricional como en una dieta y algo más, estamos en lo cierto. ¿En qué consiste realmente el coaching nutricional? Seguramente hayas oído hablar de ello desde hace un tiempo. Puede que, incluso, tú mismo/a hayas seguido un plan de coaching nutricional como complemento a tu pauta dietética. En el artículo siguiente, te explico en qué se basa este modelo de coaching y qué ventajas ofrece respecto a un tratamiento dietético tradicional.
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¿Qué es el coaching nutricional?
Pensar en el coaching nutricional como en algo más que seguir una dieta es correcto.
En los últimos años, la figura del «coach nutricional» se ha puesto en auge, haciéndose cada día más popular entre la sociedad. Pero va más allá de otras modas del sector de la nutrición. El proceso de coaching nutricional ha llegado a considerarse, actualmente, una herramienta necesaria para alcanzar con éxito cualquier tratamiento dietético. De hecho, es casi imprescindible.
¿Por qué es útil el coaching nutricional?
La importancia de un plan de coaching nutricional radica en su poder para aumentar la adherencia de un paciente a su plan estrictamente nutricional. Independientemente de su objetivo, el éxito del paciente dependerá en un 90 % de su grado de motivación personal. El tratamiento dietético pautado sin otras herramientas de apoyo para el paciente, resulta una misión casi imposible de cumplir. Está demostrado que ceñirse estrictamente al seguimiento de una dieta está destinado al fracaso, en la mayoría de casos.
Puede que tú mismo te sientas identificado/a al hablar de dietas por sí mismas. Tal vez has intentado seguir dietas diferentes en numerosas ocasiones. Sin embargo, siempre la acabas abandonando. Es entonces cuando crees (erróneamente) que no tienes suficiente fuerza de voluntad. Te castigas por ello. Llega la frustración y crees, simplemente, que nunca serás capaz de alcanzar tu objetivo. Es como un ciclo sin fin que se repite indefinidamente.
Coaching nutricional. Dieta y algo más. El coaching nutricional llega para demostrar que la fuerza de voluntad de las personas no debe ser, ni mucho menos, su único recurso a la hora de cambiar sus hábitos alimenticios. Es, incluso, arriesgado y prácticamente inútil, confiar en ella únicamente. De hecho, lo normal y más probable es que nos falle en más de una ocasión. El ser humano no nace preparado para mantenerse impasible ante las tentaciones. No existe, tampoco, ningún curso que enseñe a mantener una fuerza de voluntad de hierro permanentemente. Eso es, simplemente, algo antinatural.
Por todo lo anterior, las personas necesitamos apoyarnos en algo más. A la hora de enfrentar un nuevo reto es imprescindible tener una motivación personal.
Cuando la fuerza de voluntad decae, es necesario poder contar con nuestros propios recursos y herramientas. Éstos deben funcionar exclusivamente para ti. Deben, por otra parte, estar adaptados a tu estilo de vida. El coaching nutricional te ayuda a encontrar esas estrategias de una manera práctica. Su fin principal es hacerte capaz de superar por ti mismo/a las dificultades que te encuentres en tu camino hacia tu objetivo nutricional. Consiste, básicamente, en proporcionarte la ayuda que necesitas para que tú mismo/a encuentres soluciones. El coaching nutricional te ayudará a contar con tu propio plan B, C o D.
Coaching nutricional. Dieta y algo más: tu motivación
En un plan de coaching nutricional, así como en la vida, es imprescindible tener una meta. Este objetivo debe motivarnos suficientemente como para querer encaminarnos hacia él.
Para ello, en el coaching nutricional no solo trabajamos hacia un objetivo físico (un peso corporal específico). De la misma manera, trazaremos un plan de acción para lograr tu objetivo emocional.
El objetivo de cualquier plan nutricional está definido por un peso corporal específico. Si bien, éste puede estar motivado por un motivo meramente estético o por un motivo de salud, dicho objetivo debe cumplir siempre las características siguientes: ser objetivo, medible, temporalizable en el tiempo y alcanzable.
Coaching nutricional. Dieta y algo más: las bases
Además de este objetivo nutricional, tu pauta dietética puede complementarse con un plan de coaching nutricional. En este plan, identificamos y definimos tu objetivo personal emocional desde un inicio. Éste representa una razón real y objetiva; aquella que realmente te impulsa a querer mejorar. Para encontrarla, vale la pena dedicar el tiempo necesario. No es suficiente pensar en tópicos generalistas. No valen, por ejemplo, el querer «encontrarse bien» o «estar en forma». Debe tratarse de un motivo mucho más personal y potente. Debe ser realmente poderoso para que pueda ayudarte en momentos difíciles. En un principio, puede que tu objetivo te parezca insignificante, superficial o ridículo. No obstante, se trata de una motivación exclusivamente tuya. Por tanto, no debes menospreciar ninguna idea, si realmente es lo que a ti te motiva.
Pongamos, por ejemplo, que tu objetivo emocional sea vestir de nuevo tu prenda favorita. No importa que esto pueda parecer algo superficial. En ese caso, es algo suficientemente poderoso y atrayente para ti. Debes sentir que por esa motivación emocional estás dispuesto/a a superar cualquier obstáculo que se presente en tu camino.
No obstante, tu objetivo emocional también puede revisarse a lo largo del proceso. Ello nos asegura que sigue siendo suficientemente sólido y poderoso para ti. En el caso de que la motivación disminuya, volveríamos a trabajar sobre ello, siempre si tú lo deseas.
Tu objetivo emocional es algo confidencial entre tú y tu coach. No obstante, es recomendable que también lo conozcan las personas de tu entorno más cercano. Confiar y sentirse escuchado por alguien de confianza supone siempre una ayuda muy valiosa.
Tu plan de coaching nutricional trabaja el refuerzo de tu confianza y seguridad. Tú eres el responsable de tus pensamientos, emociones y de tus acciones. Tu coach, por supuesto, te brindará su apoyo incondicional, pero siempre de forma profesional, objetiva y sin implicarse personalmente. Ante cualquier dificultad, su trabajo principal consistirá en ofrecerte alternativas, para que tú elijas la opción más adecuada para ti.
Coaching nutricional. Dieta y algo más: el proceso de coaching, naturalmente, implica una actitud sincera, ante todo contigo mismo. Desde el inicio, debe establecerse un vínculo de compromiso y colaboración mutuos entre ambas partes. Tu coach debe ser la persona en la quien confíes a la hora de expresar tus preocupaciones, tus deseos o tus frustraciones. Esta actitud permitirá que, en conjunto, podáis identificar tus debilidades y tus fortalezas. El trabajo posterior se basará en todos ellos, pero siempre va a enfocarse en reforzar al máximo tus puntos fuertes.
Es igualmente importante aclarar que en un plan de coaching nutricional profesional nunca se va a juzgar al paciente. Al contrario, siempre se van a reforzar positivamente todos sus logros, por pequeños que parezcan. Tu coach te ayudará a identificar situaciones críticas. Te ofrecerá la ayuda necesaria para que sepas cómo superarlos de manera efectiva.
Por otro lado, no importa si fallas o no puedes superar cualquier dificultad. Los errores se toman como un aprendizaje y sirven para seguir avanzando y mejorando. Nunca van a suponer un fracaso o un motivo de culpa.
Recursos útiles
Existen ciertos recursos útiles que ayudan a mantener constante y elevado tu grado de motivación:
– Recuerda lo negativo: recordar aquello que te ha llevado a iniciar finalmente un plan nutricional (sensaciones frustrantes, una baja autoestima, vergüenza, etc..)
– Visualiza algún elemento motivador: algo que puedas mantener visible (una foto, vídeo, una prenda de ropa, unas zapatillas de deporte, un evento determinado, una recompensa, etc.). Debe ser algo positivo, que refleje aquello que quieres alcanzar o te acerque al máximo a ese objetivo.
– Adelántate a las dificultades que crees que podrás encontrar. Traza para cada uno de ellas un recurso o herramienta. Es importante confiar en que cuentas con un plan alternativo para superar cada situación. Puede consistir en cambiar algún hábito que no nos favorece. Puede tratarse de un cambio de horario, de una actividad, hacer una receta de un snack que nos guste, un cambio de compañía o de compañeros, etc.. Evidentemente, debemos contar con situaciones imprevistas. En el coaching nutricional te ayudamos para que también puedas afrontarlas con seguridad y confianza.
– No te obsesiones. Reserva algún momento del día para realizar una actividad agradable o desestresante para ti (puede ser en solitario o en grupo). Esto te ayudará a disminuir tu ansiedad. Podrás desplazar tus pensamientos hacia otras cosas que no tengan que ver directamente con tu pauta nutricional.
– Fuera culpas. Habrán situaciones en las que sientas que no puedes evitar sucumbir ante ciertas tentaciones. Sé consciente de ello desde un principio. No debes sentirte culpable. Revisaremos las causas de tu tropiezo y buscaremos herramientas para que puedas afrontarlos si se vuelve a presentar. Recuerda que los fracasos suponen una oportunidad para mejorar. Nunca los tomaremos como un motivo de culpa o como una razón para abandonar.
– Con cada logro alcanzado, puedes “premiarte” con algún tipo de recompensa. El coaching nutricional es dieta y algo más. Piensa en una a recompensa que no tenga que ver con la comida. Nunca debemos vincular las emociones con los alimentos. Para ello, puedes recurrir a una actividad agradable o a algo material que desees. En cualquier caso debe aportarte satisfacción, diversión, entretenimiento, relajación, etc.. Este tipo de recompensa es también independiente de tu momento de «evasión» diario que he comentado antes.
– Habla con tu coach sobre los obstáculos o situaciones difíciles que te preocupen. Eso ayudará a relativizar la importancia de esos inconvenientes. Por consecuente, aliviarás tu malestar físico o emocional. Por último, expresarlo es realmente útil para poder superarlo, si se vuelve a presentar en el futuro. También puedes compartirlos con alguien de confianza.
– Establece pequeños objetivos diarios y semanales. Alégrate y siéntete orgulloso a medida que vayas cumpliéndolos. Cualquier logro, aunque no sea el que inicialmente buscabas o esperabas, sigue siendo un logro en sí mismo. No por pequeño es menos importante que otros logros más ambiciosos.
– Disfruta del recorrido. Un buen hábito es echar la vista atrás, observar con perspectiva el camino que ya has avanzado. Todas las dificultades que has sido capaz de superar y tus mejoras. El poder analizar tus logros de manera objetiva reforzará tu autoconfianza de forma inconsciente. Con el tiempo, irás ganando autoestima y confianza. Eso te ayudará a afrontar positivamente algunos problemas que, seguramente, veías como insuperables hace un tiempo.
– Por último, ten presente que nunca es tarde para empezar y que siempre se puede comenzar de nuevo, cuando se trata de mejorar y sentirse bien con uno mismo.
Conclusiones
A modo de resumen, el proceso de coaching nutricional es un plan en el que tú mismo eres tu propio guía. Tú serás el único responsable de tus decisiones. La figura de tu coach será tu acompañante durante este camino. Recuerda que nunca va a reñirte o a juzgarte, pero sí va a cuestionar tus actitudes o incluso tus hábitos inconscientes; aquellos que no te ayudan a avanzar.
Coaching nutricional. Dieta y algo más: a propósito de lo anterior, este proceso conlleva cambiar algunos o muchos de tus hábitos. Supondrá crear otros nuevos , más beneficiosos para ti. Naturalmente, estos cambios pueden resultar algo duros inicialmente. Sin embargo, con el tiempo sentirás que valen la pena. Te aportarán muchos beneficios, más de los que nunca hubieses imaginado. En ese momento, esos cambios ya se habrán convertido en hábitos. Habrán dejado de suponerte un reto.
Todo el proceso en global puede resultar más o menos complejo. Puede alargarse más o menos en el tiempo, aunque lo normal es cumplir con el plazo acordado en un principio. Todo va a depender, sin duda, de tu predisposición, tu compromiso y tu motivación.
Para finalizar, recuerda que cualquier pauta dietética y su seguimiento debe estar planificada y supervisada en todo momento por un dietista-nutricionista profesional (D-N) o por un dietista (TSD). Esta pauta, junto a un plan de coaching nutricional, sin duda te ayudarán a alcanzar tu objetivo de manera fácil y segura.
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