El agua es el elemento primordial para la vida. Sin agua ninguna especie viva, ni el propio planeta podrían existir, ya que tanto el planeta Tierra como el ser humano están compuesto en un 70% por este elemento. Tiene una importancia capital en el clima ya que las grandes masas de agua funcionan como un enorme termostato que suaviza las temperaturas. Si en las ciudades costeras se tiene una temperatura más agradable no es casualidad, por tanto, el agua tiene mucho que ver. Además, como no puede ser de otra manera, está considerada como un bien de primera necesidad y como tal debemos de cuidarla y valorarla. No obstante, una persona puede estar varias semanas sin comer pero sólo unos pocos días sin beber.
Hemos hablado sobre el agua y su importancia en la vida, pero ¿cómo influye en el organismo? ¿Qué beneficios le aporta? Lo comprobamos ahora.
Contenidos
Beneficios del consumo de agua:
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Ayuda a la pérdida de peso
Ayuda al metabolismo del organismo facilitándonos la eliminación de las retenciones de líquidos y nos ayuda también en el proceso de quema de grasas, hidratos de carbono y azúcares. Y es por esto por lo que lo primero que te dirá un nutricionista si decides acudir a él para adelgazar, es precisamente, que bebas mucha agua.
Además, el agua sacia el hambre. Por tanto, con el consumo de agua se consigue evitar también, en cierta medida, esos paseos hacia la nevera en busca de ese alimento que nos sacie. Y que por si fuera poco, además, ese alimento, probablemente, le hará mas mal que bien al organismo.
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Aumenta la energía de la persona
El ser humano, como hemos dicho anteriormente, está formado en un 70% por agua. Por tanto, en cuanto veamos reducido ese porcentaje, por muy poco que sea, el organismo empezará a deshidratarse. Y si esto sucede, el organismo no tardará en hacernos, en forma de fatiga, de que algo no esta yendo bien. Los expertos aseguran que la cantidad correcta de agua diaria debe de ser entre 1’5 litros y 2 litros.
Algo que ayudaría en esta faceta sería tener cerca siempre una botella de agua, para así poder estar hidratado en todo momento. Hay que recordar que debemos de beber agua antes de que tengamos sed, ya que si esperamos a que esto suceda querrá decir que ya nos estamos deshidratando.
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Mejora la calidad de la piel
La piel es un órgano que desde que nacemos está continuamente en contacto con todo nuestro entorno, por tanto, el paso del tiempo es un factor que influye de forma muy negativa sobre ella. Va perdiendo brillantez y va ganando en sequedad, y esto se produce debido a la aparición de células muertas en la capa externa de la piel. Por lo general, para minimizarlo, pensamos que el uso de cremas hidratantes es la solución y aunque ayuda, es el consumo adecuado de agua diario el que nos beneficia más en este asunto.
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Facilita la digestión
La función del agua en este aspecto es la de ayudar a la descomposición de los alimentos que hemos ingerido para que así el organismo pueda coger los nutrientes necesarios. Además, se podría decir que también nos ayuda a evitar estreñimientos. El agua hace que las heces estén más blandas y, por tanto, puedan moverse con mayor facilidad.
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Regula la temperatura del cuerpo
Por las propiedades propias que tiene el agua hace que el cuerpo sufra pocos cambios de temperaturas. Cuando se hace ejercicio, por ejemplo, se suda. La eliminación de ese sudor es llevada a cabo por la glándula sudorípara. Se produce debido a que el agua que está en el sudor se evapora. Por tanto, hace que se retire el calor de la piel para evitar grandes cambios de temperatura en el cuerpo. Otro ejemplo podría ser, que se produzca simplemente un aumento de temperatura en el exterior.
Hemos hablado de alguno de los beneficios que nos aporta el consumo de agua, pero hay que tener cuidado también con ella, ya que como todo en la vida el exceso es malo y el agua no se libra de esto. Si se bebe más agua de lo que el cuerpo necesita puede provocarnos problemas como los que veremos ahora:
Problemas producidos por el mal consumo de agua
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Hiponatremia
Es una alteración hidroelectrolítica. Se caracteriza por una concentración de sodio en plasma inferior a 135 mmol/L. El sodio es, precisamente, el encargado de regular la cantidad de agua que existe en la célula, por tanto, si llega más agua de la debida repercute en un crecimiento de tamaño de la célula nada recomendable. Alguno de los problemas que puede provocar son: náuseas seguido de vómitos, dolores de cabeza, falta de energía y ya en casos mas extremos hasta de convulsiones y entrada en coma.
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Insomnio
Durante la noche la hormona anti diurética, producida por el cerebro, consigue que no sintamos ganas de orinar y podamos tener una noche plácida, pero si nos pasamos en el consumo de agua antes de irnos a la cama, provocará que no se consiga ese efecto y nos obligue en mitad de la noche a ir al baño. Resultaría especialmente molesto para aquellas personas que tardan en conciliar el sueño.
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Cansancio
Los riñones son los encargados de filtrar el agua y mantener equilibrado el nivel de líquido en sangre en nuestro organismo, pero si le llega más de lo que pueden filtrar provocaría un trabajo extra que daría lugar a un estrés hormonal. Este estrés afectará a la musculatura y, por consiguiente, nos encontraríamos con un estado del organismo muy fatigoso.
Y ahora, una vez visto los beneficios y los problemas que puede traernos el consumo de agua en nuestro día a día, pasaremos a ver la importancia que ésta tiene en el ámbito deportivo.
La importancia del agua en el deporte
No podemos pasar por alto el papel que tiene el agua en el ámbito deportivo. Tiene una gran importancia puesto que si no se ingiere la cantidad correcta de agua es fácil que nos podamos deshidratar. Alguno de los efectos que puede producir la deshidratación serían: Sequedad de boca y piel, cansancio, mareos, dolores de cabezas, náuseas, etc. Y si nos metemos en el ámbito del deportista de élite, este tema resulta clave para conseguir los resultados esperados, ya que competir con un mínimo de deshidratación sería darle demasiada ventaja a tu oponente, puesto que nos impediría estar en plenitud de condiciones. Intentaremos evitar que esto suceda con lo siguiente:
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Consumo de agua antes del ejercicio:
Estar lo suficientemente hidratado antes de comenzar cualquier ejercicio físico resulta clave e igual de importante que hacer un correcto calentamiento. Los expertos recomiendan ingerir minutos antes del comienzo aproximadamente unos 500 mililitros.
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El agua durante el ejercicio:
Cuando hacemos cualquier actividad física, la sudoración es mayor debido al aumento de la temperatura del cuerpo. Ésto hace que se pierda mucho líquido, el cual hay que procurar recuperar para poder seguir al mismo nivel. Se recomienda ingerir mediante pequeños sorbos aproximadamente 150 mililitros por cada 20 minutos de ejercicio.
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Rehidratación una vez finalizado el ejercicio:
Una vez acabada la práctica deportiva es muy importante rehidratar el organismo y recuperar todo lo que se ha perdido. Resulta muy recomendable hacerlo lo mas pronto posible, debido a que cuanto menos se tarde mas rápida será la recuperación. Lo recomendable es ingerir 1’5 litro por cada kilogramos que se haya perdido.
Como hemos podido ver, la importancia del agua va más allá de lo que podamos imaginar. El agua está en todo lo que tiene vida, es algo que tenemos en común con todos los seres vivos. Para hacer cualquier cosa que nos planteemos necesitamos estar lo suficientemente bien hidratados. Es algo básico para que seamos lo que somos actualmente. Y por si fuera poco, además es la bebida más barata que podemos encontrar en el mercado. Por todo esto, se podría decir que convertir el consumo de agua en un hábito diario, en detrimento de otras bebidas, resultaría una de las mejores decisiones que podemos tomar, si queremos mantenernos sanos.
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