Los lácteos juegan un papel muy importante en la dieta de los seres humanos. Además, son nuestra fuentes más importante de calcio. Hace poco escribí acerca de las propiedades nutrimentales de los lácteos. En esta ocasión, decidí enfocarme en el papel que los lácteos juegan en el desarrollo de ciertas enfermedades; ya sea en términos de prevención o como posibles factores de riesgo.
La idea de escribir acerca de este tema surgió de escuchar a pacientes y personas que han eliminado a los lácteos de sus dietas habituales, justicandose con fundamentos NO basados en evidencia y que en la mayoría de los casos no son ciertos.
Es verdad que los lácteos no son alimentos esenciales en nuestra dieta, ya que existen otras fuentes de calcio, proteínas, fósforo, vitamina D, etc, que los sustituyen. Sin embargo, los lácteos son los alimentos más costo-efectivos y costo-eficientes para proveer estos nutrimentos, que sí son esenciales para nuestro organismo. Te dejo este link para qué entiendas cuál es el fundamento de estas afirmaciones: https://www.saluddiez.com/productos-lacteos/.
Ahora, toca entender cómo los lácteos pueden tener un papel en el desarrollo de ciertas enfermedades. A continuación, te presento las enfermedades para las que hay evidencia científica en torno a su asociación con el consumo de lácteos. Sólo recuerda que la mayoría de estas enfermedades son multifactoriales, es decir, son muchos los factores que las pueden prevenir o desarrollar. Así el consumo de leche, queso y/o productos fermentados, sólo es un factor más.
Contenidos
Propiedades anti-inflamatorias VS pro-inflamatorias de los lácteos
De manera general, me gustaría contarte primero cuáles son las propiedades antí-inflamatorias y cuáles las pro-inflamatorias de los lácteos. Esto es importante, porque aunque no nos demos cuenta, son muchas las reacciones inflamatorias que pueden ocurrir en tejidos, órganos e incluso sistemas, dentro de nuestro cuerpo. Las reacciones inflamatorias que se generan de forma crónica y prolongada, pueden dar lugar al desarrollo de múltiples enfermedades.
La mayoría de los alimentos contienen nutrimentos y otras sustancias como antioxidantes que pueden tener un efecto en las reacciones inflamatorias de nuestro cuerpo. Aprende cuáles son los efectos que pueden tener los lácteos en la inflamación.
Propiedades anti-inflamatorias.
Las propiedades anti-inflamatorias son sustancias presentes en los alimentos que inhiben las reacciones inflamatorias que pueden ocurrir dentro de nuestro organismo. Normalmente, estas propiedades anti-inflamatorias se atribuyen a los antioxidantes, los cuales están presentes en muchos alimentos.
De acuerdo a la literatura científica, el consumo de lácteos se ha asociado a propiedades anti-inflamatorias en el ser humano, excepto en personas con alergia a la leche.
En general, las propiedades anti-inflamatorias de este grupo de alimentos se atribuyen a los productos fermentados, es decir, al yogurt, kefir y jocoque, principalmente. Estos productos, contienen bacterias vivas (Lactobacilos y Bifidobacterias, principalmente) que tienen un efecto probiótico en nuestro organismo. Esto significa que participan en el crecimiento y desarrollo sano de nuestra microbiota intestinal (bacterias sanas que viven regularmente en nuestro intestino y que tiene muchas funciones en el organismo).
Propiedades pro-inflamatorias
Las propiedades pro-inflamatorias son aquellas que favorecen las reacciones inflamatorias. Son muchos factores los que pueden participar en estas reacciones. Algunos de ellos están presentes en los alimentos. Por ejemplo, las grasas saturadas, grasas trans, el azúcar, y algunos aditivos, entre otros.
Ciertos efectos pro-inflamatorios que se han encontrado tras el consumo de productos lácteos se asocian a su contenido de grasas saturadas. Éstas pueden favorecen reacciones inflamatorias sistémicas, es decir, en todo el cuerpo. Por eso, su consumo excesivo puede aumentar el riesgo de de enfermedades crónico degenerativas como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.
Habiendo entendido cuál es el efecto del consumo de estos alimentos en los procesos inflamatorios del cuerpo, puedo decir que los productos lácteos fermentados, son muy saludables. Y por el contrario, la leche entera y quesos maduros, pueden no serlo por su contenido de grasas. En este caso, prefiere la leche semi descremada o descremada y quesos frescos como panela, queso fresco, queso de cabra y cottage.
Ahora me concentraré en enfermedades específicas.
Consumo de lácteos y riesgo de enfermedades
Obesidad
Thorning TK y colaboradores afirman que el consumo de al menos una porción de productos lácteos al día se asocia con un 0.65% menos masa grasa y con 13% de menor riesgo de desarrollar sobrepeso y/obesidad. Lo anterior se puede atribuir en parte al contenido de proteínas de la leche y sus derivados.
Las proteínas en general se caracterizan por su alto poder saciante, es decir, que generan sensaciones de saciedad que pueden durar largos periodos de tiempo. Este efecto saciante de las proteínas, evita el sobre consumo de alimentos en general.
Otros autores afirman que una dieta alta en productos lácteos reduce el riesgo de desarrollar obesidad infantil y mejora la composición corporal en los adultos.
Sin embargo, los estudios que se han hecho en torno al consumo de lácteos y su asocian con el desarrollo de la obesidad son muy pocos y sus resultados no son consistentes. Por tanto, hasta hoy no es posible llegar a una conclusión al respecto.
Al final, la obesidad y el sobrepeso son el resultado de un balance positivo de energía por muchos años. El balance positivo es el resultado de un consumo excesivo de energía, que es mayor a la cantidad de energía que el cuerpo gasta. Este consumo excesivo de energía depende de nuestra dieta diaria y no de un alimento o grupo de alimentos en específico. Por lo tanto, si la leche y sus derivados forman parte de una dieta alta en energía, probablemente contribuirán al desarrollo de la obesidad. Si por el contrario, estos productos forman parte de una dieta adecuada en energías, entonces no tienen por qué incrementar el riesgo.
Enfermedades cardiovasculares
Como bien mencione en los párrafos anteriores, las grasas que predominan en la leche y sus derivados son grasas saturadas. Esto ocurre por el simple hecho de ser alimentos de origen animal. Así mismo mencione que las grasas saturadas son pro-inflamatorias. Las reacciones inflamatorias que activan estas grasas suceden principalmente en el sistema cardiovascular.
Algo interesante que ha hecho notar la ciencia en relación al consumo de lácteos y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares es que, estos alimentos aumentan los niveles de colesterol bueno (colesterol-HDL). Sin embargo, algo negativo, es que al mismo tiempo aumentan los niveles de colesterol malo (colesterol LDL).
A pesar de ello, los incrementos de colesterol malo (colesterol LDL) no son tan graves como sucede con el consumo de otros alimentos. Esto se debe, a que su alto contenido de otros nutrimentos (proteínas, lactosa, calcio, fósforo, etc) atenúan el efecto.
Las guías internacionales de nutrición basadas en evidencia afirman que un consumo de 200-300 ml/día de leche o productos lácteos al día, no incrementan el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y por el contrario, disminuyen la presión arterial en personas con hipertensión arterial.
De hecho, existe una dieta específica que se indica en pacientes con hipertensión arterial, la cual se conoce como dieta DASH, por sus siglas en inglés. Este patrón de alimentación se caracteriza por disminuir la ingestión de sodio, grasas y grasas saturadas, y aumentar la ingestión de calcio, magnesio y potasio. El plan recomienda alimentos y porciones específicas para cada día. Esto lo menciono porque la dieta DASH hace un especial énfasis en los lácteos. La guía indica que se deben de incorporar 3 tazas de leche y/o derivados bajos en grasa o sin grasa cada día.
Osteoporosis
Infancia y adolescencia
La leche, queso y yogurt contienen una cantidad importante de nutrimentos que son necesarios para que nuestro cuerpo pueda construir huesos y dientes fuertes y sanos en la niñez. Entre más sanos y fuertes crecen los huesos, menor será el riesgo de fracturas y enfermedades como la osteoporosis, durante la vejez.
Las proteínas, el calcio, fósforo, magnesio, manganeso, zinc, vitamina D y vitamina K son todos necesarios para el crecimiento y desarollo de los 206 huesos que forman el cuerpo humano. A excepción de la vitamina D y la vitamina K, el resto de los nutrimentos mencionados están presentes en la leche, el queso y el yogurt.
Con base en lo anterior, la evidencia científica ha concluido que el consumo de leche y derivados tiene un efecto positivo en la salud de los huesos y dientes durante la niñez y la adolescencia.
Edad adulta
En la edad adulta no hay crecimiento de huesos. Sin embargo, las células que forman los huesos cambian día con día. Esto significa, que mientras las células viajas mueren, aparecen otras nuevas. Y al final, esto promueve un sano mantenimiento de los huesos. Así, los mismos nutrimentos que participan en el crecimiento de los huesos en la niñez, juegan un papel muy importante en el recambio de las células óseas para el mantenimiento de los huesos.
Aunque los lácteos son los alimentos que más cantidad aportan de todos los nutrimentos mencionados, no son las únicas fuentes en la dieta. Por ponerte un ejemplo, las espinacas y las sardinas son fuentes importantes de calcio. Y lo mismo sucede con otros alimentos y el resto de los nutrimentos que son necesarios para la salud ósea.
En este sentido, los productos lácteos se vuelven no-esenciales en la vida adulta. Los nutrimentos que aportan, se pueden obtener de otros alimentos. Así mismo, las cantidades que se requieren de estos nutrimentos en la vida adulta son menores a las que se requieren en las etapas de crecimiento y desarrollo (infancia y adolescencia).
Con base en el razonamiento anterior, la evidencia científica es limitada en torno al consumo de lácteos durante la edad adulta y el efecto que éste pueda tener en el riesgo de fracturas y osteoporosis en la vejez.
Cáncer
La leche y sus derivados tienen un montón de componente activos que pueden tener efectos tanto positivos como negativos en el desarrollo de células cancerosas. Los efectos positivos son atribuidos al contenido de calcio, lactoferrina y a los productos fermentados por su efecto probiótico. Sólo para aclarar, la lactoferrina es una proteína que esta presente en la leche de vaca y en la humana que tiene afinidad por el hierro. En los últimos años, se ha puesto especial atención a esta proteína por su poder anti-cancerígeno.
Por el contrario, los efectos negativos podrían atribuirse al factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1) y a la hormona somatrópica recombinante bovina, que están presentes en los productos lácteos, sobre todo en la leche. El IGF-1 es un mediador de la hormona del crecimiento. La ciencia sugiere que sus niveles elevados pueden tener un efecto inflamatorio que se podría asociar al desarrollo de células cancerosas. sin embargo todavía no es posible obtener conclusiones al respecto. En cuanto a la hormona mencionada en el párrafo anterior, está presente en la leche de vaca de forma natural. Las vacas producen está hormona y se secreta por las glándulas mamarias incorporada en la leche.
No es posible concluir aún que haya una asociación directa entre los componentes activos mencionados y el desarrollo de cáncer. Sin embargo, es importante poner sobre la mesa que el consumo de lácteos puede incrementar el riesgo de cáncer o por el contrario, prevenirlo.
Específicamente, se ha estudiado el efecto del consumo de lácteos en los siguientes tipos de cáncer:
Cáncer colorectal
Hasta ahora los estudios que se han hecho indica que el consumo de lácteos, principalmente de aquellos fermentados, tiene un efecto anti-carcinogénico o quimio-preventivo en la patogénesis del cáncer de recto y colón. Este efecto protector se debe al efecto probiótico del yogurt, kefir, jocoque al tener bacterias que favorecen el crecimiento de nuestra microbiota intestinal. Ésta última participa en mecanismos metabólicos que promueven la salud de las células del intestino, previniendo así el desarrollo de cáncer.
Cáncer de mama
El contenido hormonal de la leche materna puede tener un efecto en el riesgo de desarrollar cáncer de mama y otros tipos de cáncer hormonales como el de ovario y endometrio. Sin embargo, hasta hoy no ha sido posible obtener una correlación directa entre el consumo de leche y el desarrollo de estos tipos de cáncer. Los resultados son inconsistentes al respecto.
Sin embargo, es verdad que son más los estudios que arrojan resultados positivos en relación al consumo de leche y estos tipos de cáncer. Por lo que es posible señalar al consumo de lácteos como un factor protector del cáncer de mama. Incluso, el Instituto de Investigaciones del Cáncer de los Estados Unidos (AIRC, por sus siglas en inglés), institución incorporada al Fondo Mundial de Investigación en Cáncer, ha determinado que el consumo de lácteos bajos en grasa, sobre todo lácteos fermentados, disminuyen el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Cáncer de prostata
Por último, en el caso del cáncer de próstata, los resultados de las investigaciones que se han hecho arrojan resultados. Este tipo de cáncer es para el único para el que realmente se ha visto una asociación directa entre el consumo de lácteos y su desarrollo. Es decir, el consumo de estos alimentos incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Sin embargo, no ha sido posible identificar la causa de esta asociación.
CONCLUSIÓN
Espero que este pequeño resumen de la evidencia científica en torno al tema, te ayude a identificar información falsa que puedas tener al respecto. Recuerda que el consumo de lácteos es sólo un factor más en el proceso de desarrollo de enfermedades. Hay muchos otros que pueden jugar un papel mucho más importante. Esto incluye los factores heredo-familiares, comportamientos como fumar, beber en exceso, hacer o no ejercicio, manejo de emociones, etc.
Además, el consumo de un grupo de alimentos en realidad no es importante. Lo que realmente tiene un efecto determinante en la salud es la dieta, la cual incluye todos los alimentos que consumimos en el día a día. Los lácteos caben en una dieta saludable y si son de tu agrado no hay porque eliminarlos, simplemente cuida las porciones y elige aquellos que sean bajos o sin grasa.
Si decides no consumirlos, está bien adelante. Puedes reemplazarlos con otros alimentos que aporten los mismos nutrimentos. La guía de un profesional de la nutrición te puede ayudar a identificar aquellos alimentos que pueden sustituir a los lácteos. Si fuera el caso, un nutriólogo(a) puede indicarte suplementos dietéticos para ayudarte a cubrir las cantidades adecuadas de calcio y otros nutrimentos; ya que recuerda que esos SI son esenciales para tu cuerpo.
Nunca dejes de darles lácteos a tus hijos que están en una etapa de crecimiento y desarrollo. Para ellos, los lácteos son muy importantes.
Si tienes alguna duda, no dudes en contactarme.
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